Como el ingenio peruano no hay dos. Este polo, diseño de Otorongo, resume con sarcasmo
Mientras algunos magistrados del TC se atribuyen conocimientos o dudas científicas y emiten fallos basados en el miedo y la ignorancia oscurantista del medioevo, y mientras los altos mandos de la Iglesia Católica en el Perú piden que le regalen los niños (incluso antes de que siquiera puedan considerarse óvulos fecundados) cuando ni siquiera pueden ocuparse de mantener las sotanas de sus curas tan castas como pregonan (y luego defienden primero al cura que a sus víctimas)... el propio Estado que debe defender la vida incluso ante la duda (según esgrimen los que han aplaudido el vergonzoso fallo del Tribunal Constitucional que le quita a los pobres la posibilidad de acceder a la píldora del día siguiente) no se ocupa de garantizar la vida y la salud de niños y gestantes que vienen siendo envenenados hace años con el plomo y los incumplimientos autorizados por el Estado a la Minera Doe Run en La Oroya, ciudad que tiene el triste galardón de ser una de las 10 más contaminadas del planeta.
¿Y dónde están allí los defensores de la vida? ¿Esos niños y esas gestantes no cuentan porque son de la Oroya? ¿Porque están lejos? ¿Porque son pobres? Todas las pruebas científicas y médicas realizadas en la Oroya, incluso por el mismo Estado (Digemid), han confirmado el envenenamiento en sangre y pulmones, y sin embargo, lejos de poner a buen recaudo a estos peruanos, el Estado sigue aceptando que el multimillonario y conocido prontuariado mediambiental estadounidense, Ira Rennert, se salga con la suya y aplace la ejecución del PAMA.
¿Así defiende la vida el Estado peruano? ¿Así dignifica la Constitución? Aquí donde no existe resquicio de duda de que se está envenenando a la gente, a los niños y condenando a los que están por venir a una pobrísima salud, uso de sus facultades neurológicas y cognitivas, el Estado no respeta la vida de los peruanos. Por eso es que es un eufemismo el argumento de los supuestos defensores de la duda infundada, o diremos, fundada en fe y dogmas promovidos fuertemente por la Iglesia y que mucha gente de manera ingenua recoge sin informarse mejor. Por qué no hacen algo POR ESOS niños, científicamente comprobado su deterioro por el plomo. ¿Es que allí la duda favorece al empresario, a los millones, al capitalismo por sobre vidas existentes y tangibles?
No somos Toledistas ni por asomo, y probablemente las últimas declaraciones del ex presidente Alejandro Toledo puedan resultar siendo, en el tiempo, un oportunismo político. O quizás no, y sinceramente lo dice con convicción. Ojalá así sea, pero en todo caso, y por ahora, aplaudiremos y diremos que nos da gusto que un ex presidente haya tocado este tema tan álgido en un momento tan oportuno.
Toledo ha sugerido a Alan García que "el gobierno debería cerrar la empresa minera Doe Run por la gran contaminación que le genera al pueblo de La Oroya". Ha calificado por sus letras a la metalúrgica DOE Run, llamándola 'irresponsable', por haber contaminado el pueblo de La Oroya. Y ha pedido al Ejecutivo que defienda la salud y el medio ambiente de la gente de la Oroya y del Perú.
Durante la Conferencia Magistral: 'América Latina y Perú: Desafíos y oportunidades en la crisis económica y global' en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Toledo dijo ayer: "Si yo fuera presidente hubiera cerrado ese complejo metalúrgico por tanto que le ha ocasionado a la salud a la población". Si llegara a la presidencia, se lo recordaremos, porque francamente tendría que ocurrir un milagro para pensar que García retrocedería ante Rennert, o que el Estado que lidera fuera mínimamente consecuente con sus políticas de salud.
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Artículo de Claudia Cisneros para Sophimanía
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