Presidente de Indepa, Mayta Cápac Alatrista, mostró evidencias de nativos
en aislamiento en Madre de Dios. Foto: Andina
Evidencias como chozas, lanzas, canastas y restos de alimentos fueron hallados en una zona colindante a la Reserva Territorial de Madre de Dios, cerca de la comunidad de Monte Salvado, que pertenecerían a unos 150 nativos en aislamiento, informó el Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Indígenas, Amazónicos y Afroperuano (Indepa).
Fue durante una misión de trabajo realizada en agosto pasado por los especialistas de la institución Juan Baca Dorado e Hildebrando Ruffner, junto a la Sociedad Zoológica de Francfort (SZF), la ONG WWF Perú y la organización indígena Fenamad.
Evidencias sólidas y concretas de que están en Madre de Dios. Foto: Andina
En el lugar, denominado playa de "Los Concesionarios", se encontró 38 chozas hechas con hojas de palmera (yarina, chapaja caña brava), restos de animales consumidos como paujil, sachavaca, caparazones, huevos de tortuga de tierra, de taricaya (tortuga de río), frutos tipo plátanos silvestres, cáscaras y atados de achiote usados como repelentes.
También se observó restos de hogueras, instrumentos y materiales como lianas usadas para atar las chozas, al igual que capillejos (cestas elaboradas con palmeras y empleadas como bolso para transportar objetos y alimentos).
Las chozas albergan familias enteras. Foto: Andina
Por el número de chozas se estima que el grupo nativo oscilaba entre los 130 y 150, entre niños y adultos, aunque los agentes de protección del puesto de control de la reserva y los comuneros nativos calculan que eran 200.
El equipo de investigación partió el 14 de agosto del puerto Candamo, provincia de Tambopata, por la cuenca del río Las Piedras hasta la comunidad nativa de Monte Salvado, tras un viaje de cuatro días, donde viven 50 familias yine (grupo étnico originario del Urubamba).
Desde el aire también hay evidencias fotográficas. Foto: Andina
Teodoro Sebastián, vicepresidente de la comunidad, narró que fue él junto a su esposa quienes avistaron a los nativos aislados cuando iba de cacería en el lugar denominado Río Lidia, recibiendo dos flechas de estas personas, en una probable señal para que se aleje.
La esposa trató de comunicarse con los nativos aislados en su idioma yine de orilla a orilla, ya que estos hablan esa lengua. Para evitar enfrentamientos decidieron retornar llevándose consigo las flechas.
Mayta Cápac Alatrista, presidente ejecutivo del Indepa, destacó que se trata de uno de los avistamientos más importantes de los últimos años, que confirma la existencia de peruanos nativos en aislamiento voluntario.
Explicó que estos grupos no conocen de límites de reservas o territorios, y que se movilizan en función a una cuestión de estacionalidad. Cuando es invierno van a cabeceras de ríos para proveerse allí de alimentos, por ejemplo.
Por su parte, Baca Dorado sostuvo que al confirmar la presencia de evidencias se han comunicado con la Dirección Regional de Salud de Madre de Dios para que se inmunice a la gente de Monte Salvado, en caso vuelvan a tener contacto y evitar eventuales daños en la salud de los aislados.
Video de las evidencias encontradas. Video: Andina
Tras visitar la zona de las evidencias, la expedición viajó por la cuenca del Tahuamanu hasta llegar al puesto de control ubicado en las coordenadas UTM 343, entre la unión de los ríos Quebrada Canales y Tahuamanu.
En el recorrido se observó 12 botes de pescadores. Según los agentes de protección de la reserva, muchos de estos pescadores ingresan a la reserva constituyéndose en un problema.
¿Aún se hará Saba el que no sabe?
Columna publicada por Claudia Cisneros en La República en junio del 2008
"No hay No-Contactados" dijo hace 11 meses Daniel Saba, presidente de Perupetro, en entrevista de TV donde le increpan un informe de la Defensoría que lo acusa de dar en concesión lotes petroleros en reservas naturales.
Se quejaba Saba de querer jugar "este jueguito trágico", que no quieren que explore porque dicen que hay No-Contactados, pero que al preguntar cuántos "nos dicen: no sabemos porque son No-Contactados".
Se burlaba Saba de la Defensoría y de AIDEPSEP. Qué dirá, si tiene la hidalguía de retractarse y disculparse, ahora que una ONG extranjera, Survival, ha mostrado nuevas fotos que reconfirman no sólo que existen, sino que se han desplazado a Brasil por culpa –hipótesis– de la tala ilegal.
Yo aventuro otra hipótesis. No es descabellado pensar que las agresiones a las etnias por parte de los taladores –amos de esos lares sin presencia del Estado– no sólo espantan convenientemente a "los invisibles" que los poderosos del oro negro no quieren ver, sino que abren trocha gratis y son perfecta coartada para un Estado que ha decidido marginarlos hasta la inexistencia.
¿No merecen estos peruanos atención a sus austeras necesidades? ¿Deben seguir sufriendo el avistamiento de infernales monstruos en el cielo, o sea helicópteros con fotógrafos en busca de evidencias que conmuevan a un Estado indolente? ¿Insistirá Saba en que son producto del éxtasis de un antropólogo que ‘hace dinero en Washington’? ¿Alguien sí se atreverá a matar –figurativamente– a este perro del hortelano?
Enlaces relacionados
Información de Andina. Resumen de Sophimanía
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1 comentario:
Leyendo algunos de los enlaces relacionados a este post me surgió la pregunta ¿Hasta qué punto es una buena idea defender causas justas con argumentos simples que no resisten mucho análisis?
Si son grupos “no-contactados” y, en consecuencia, no sabemos nada de ellos (por ejemplo, la extensión de territorio que utilizan tradicionalmente) es muy difícil hacer inferencias como las que se hacen en los artículos al respecto. Un par de ejemplos:
-No se puede concluir que huyen a Brasil desde el Perú (ambos conceptos desconocidos para ellos) solamente porque se observa un campamento activo en Brasil y otro deshabitado en el Perú. Pueden ser dos grupos distintos (no ha habido identificación individual hasta ahora), o el mismo grupo haciendo lo que ha hecho siempre (nomadismo, o trashumancia). Si estuvieran huyendo lo harían en cualquier dirección, no necesariamente hacia Brasil.
-Encontrar flechas desconocidas en Brasil no significa que sean flechas de grupos “peruanos” no –contactados que están huyendo. Pueden igualmente ser de grupos “brasileños” hasta ahora no-detectados, o ser flechas de grupos “peruanos” que siempre han recorrido la zona pero no habían perdido sus flechas antes.
En resumen, las consignas o ideas simples pueden ser muy útiles para una campaña y ser muy efectivas para sensibilizar a la población (probablemente el grueso de la opinión pública no repare en las sutilezas que comento). Sin embargo, creo que con estas interpretaciones tendenciosas de los hechos se le entregan argumentos a los que están al otro lado de la mesa (que a menudo contratan duchos abogados ávidos de encontrar fisuras argumentales) para descalificar a los defensores de las etnias amazónicas y del bosque amazónico.
Para que quede claro, estoy a favor de proteger a los grupos nativos no-contactados (tanto de sus hipotéticos perseguidores como de sus defensores, ambos portadores de enfermedades que los pueden diezmar). Estoy totalmente de acuerdo en que los taladores ilegales –quienes no dudan en asesinar a quien estorbe en sus planes- son una plaga muy importante, muy nociva y es imperioso combatirla. El problema es que el gobierno no tiene interés en hacerlo, principalmente porque no hay rédito político evidente (los nativos y los bosques no votan en las elecciones), pero también porque lo remoto de los lugares hace poco viable un control efectivo. ¿Qué hacer? Creo que la solución tendrá que venir de afuera, y va a tardar un tiempo. Cuando la comunidad internacional establezca un análogo ambiental al Tribunal Penal Internacional, y sancione a los gobiernos que atenten contra los bosques amazónicos y sus comunidades humanas, así como ahora los delitos de lesa humanidad no prescriben y son pasibles de juicio en cualquier lugar del mundo, recién se tomarán medidas en serio. Espero que para entonces no sea demasiado tarde.
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