miércoles, 10 de febrero de 2010

Estudio relaciona "niños dulceros" con depresión y alcoholismo familiar


Foto: Austinrd

A todos los niños les gusta el azúcar, pero a unos más que a otros. Ahora, un estudio relaciona estadísticamente esa pasión por el azúcar con síntomas de depresión y alcoholismo en sus familias.

Julie Mennella, sicobióloga de Philadelphia y directora del estudio, ha confirmado que ciertos niños tienen una inclinación especial hacia el dulce, que se puede correlacionar con casos de alcoholismo y depresión en sus familias.

Ella aclara que eso no significa que todo "niño dulcero" va a terminar siendo un alcohólico, hasta ahora el estudio sólo ha relacionado esta preferencia con familias donde existen o aparecen alcohólicos y/o depresivos.

"En este punto de la investigación -ha dicho Mennella- no sabemos cómo ni por qué esta preferencia por lo dulce se relaciona con cuadros de alcoholismo".

La hipótesis de trabajo es que tanto el dulce como el alcohol activan los mismos circuitos de placer en el cerebro. Y se sabe que el azúcar puede mejorar el humor en chicos depresivos, haciéndolos que se sientan mejor.

¿Qué tanta azúcar? es lo que los padres se preguntan. En su investigación, Mennella y sus colegas estudiaron 300 niños con edades entre cinco y doce años. Les hicieron probar agua endulzada en cinco niveles. Luego los padres respondieron cuestionarios sobre depresión y consumo de alcohol en sus familias.

Entre los niños que prefirieron el agua más dulce, casi la mitad de sus familias tenían familiares con problemas de alcoholismo y un cuarto de ellas con cuadros de depresión. Estas cifras eran menores en las familias de los niños que prefierion el agua menos dulce.

Esto no significa que un niño dulcero se vuelva alcohólico con el tiempo. Quizás lo único que indique es que un niño que vive en una familia con problemas de alcoholismo y depresión encuentra en el dulce un alivio a sus penas y tensiones.

Los niños prefieren naturalmente el dulce porque su ritmo de crecimiento y de actividad requiere alimentos energéticos como aquellos que tienen altos contenidos de azúcar.

Los "niños dulceros" no solo prefieren lo más dulce, sino que tienen problemas para aminorar su consumo de azúcar. Los padres que vean esta fuerte inclinación de sus hijos por el dulce deberían considerar la posibilidad de que la situación familiar los esté estresando de formas que no han tomado en cuenta.

Información de LiveScience. Versión, edición y traducción de Sophimanía

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