Foto: Twopennyparties.com
Dinamarca introdujo un impuesto a los alimentos ricos en grasas saturadas, medida que fue aplaudida por defensores de la salud pública pero no muy bien recibida por la mayoría de sus ciudadanos.
Siguiendo los pasos de Hungría, que instauró su impuesto en setiembre, el gobierno danés aprobó la medida pese a que posee una de las tasas de obesidad más bajas de la Unión Europea.
Muchos daneses acudieron en masa a los supermercados, antes de la entrada en vigencia de la medida, para adquirir productos afectos al gravamen, dejando desabastecidas las estanterías.
Dinamarca espera reducir la obesidad en un 10% con este tributo. Algunos ciudadanos han señalado que la medida busca únicamente completar objetivos mayores de recaudación fiscal y han esgrimido estudios clínicos que indican la mayor perjudicialidad de otras sustancias alimenticias como la sal, los carbohidratos y el azúcar.
Países como Estados Unidos y México estarían por introducir medidas análogas a la danesa, aunque con tasas de obesidad muy distintas a las del país europeo.
Una investigación aparecida en el The Journal of Consumer Affairs desarrollada en el 2010 por la Universidad de Alberta, en Canadá, encontró que el aviso de la presencia de grasas saturadas en las etiquetas de los productos son mas efectivos que las cargas tributarias en cuanto a prevención del consumo.
Información de Quo.es. Resumen de Sophimanía
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