La versión de la iglesia católica. Video: Rome Reports
Más de trece mil llamadas han congestionado la línea telefónica gratuita habilitada por la Iglesia Católica en Alemania para ayudar a las víctimas de abusos sexuales por parte de curas.
"No nos esperábamos tantas llamadas", afirmó el portavoz de la diócesis de la ciudad occidental de Tréveris, Stephan Kronemburg. La línea telefónica directa es atendida por un equipo reducido de psicólogos y trabajadores sociales que no han podido darse abasto ante la avalancha de llamadas.
Kronemburg indicó que en los primeros tres días, se llevaron a cabo un total de 394 consultas telefónicas y otras 91 a través de internet. Las consultas duraron entre cinco minutos y una hora. El portavoz de la diócesis de Tréveris indicó que quienes habían llamado eran "exactamente las personas con las que queríamos hablar: las víctimas de abuso sexual y sus familiares". La línea forma parte de un intento de la iglesia por arrojar luces sobre los abusos cometidos por curas y tratar de recobrar la confianza de los feligreses.
El centro de operaciones de la línea teléfonica está ubicado en Tréveris debido a que el arzobispo de esta diócesis, Stephan Ackermann, fue designado como representante oficial para gestionar las crecientes denuncias de pederastia por parte de miembros de la Iglesia Católica.
Desde principios de año han salido a la luz más de 300 casos de acusaciones de abusos físicos y sexuales entre 1950 y 1990 en Alemania, el país de procedencia del Papa. De acuerdo con la corresponsal de la BBC en Berlín, Oana Lungescu, la presión aumenta para romper con lo que se ha denominado el "muro de silencio".
El lunes, Ackerman admitió que 20 sacerdotes en su arzobispado habían sido acusados de abusos sexuales en las últimas décadas. Diez de los religiosos denunciados murieron y otros cinco están siendo investigados, recordó Lungescu. Ackerman dijo sentirse conmocionado por el alcance de las acusaciones e instó a todas las víctimas de pederastia a hablar públicamente y denunciar los abusos que sufrieron.
Varios de los casos fueron planteados por quienes fueron miembros del coro de niños del colegio "Regensbug Domspatzen", que durante 30 años fue dirigido por el hermano del pontífice, monseñor Georg Ratzinger. El jefe de la Iglesia Católica alemana, el arzobispo Robert Zollitsch, pidió perdón públicamente. El Papa Benedicto XVI ha prometido tomar medidas en torno de estos casos.
Sin embargo, en Estados Unidos, el abogado californiano de las víctimas de Oakland -Jeff Anderson- presentó ante el tribunal de ese estado cartas que demuestran la reticencia del actual papa Benedicto XVI (en ese entonces cardenal Joseph Ratzinger) a expulsar al cura pederasta Stephen Kiesle de sus funciones.
Según estos documentos de 1981, la jerarquía de la Iglesia Católica en California recurrió en busca de apoyo a Ratzinger, en ese entonces el prefecto para la Doctrina de la Fe. Pero en lugar de apoyo recibieron lo contrario: Ratzinger rechazó la destitución de Keisle diciendo que lo hacía "por el bien de la Iglesia Universal".
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Información de BBC. Resumen de Sophimanía
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