Brian Hare, profesor de antropología de la U. de Duke, hace la siguiente prueba: le ofrece una galleta a "Henry", el schnauzer de un colega, pero no se la da de inmediato. Oculta la galleta bajo una de dos tazas iguales. Henry no sabe bajo cuál. Sin embargo Brian le señala la taza que oculta la galleta y "Henry" va directo hacia ella para obtener su premio.
¿Cómo sabe un perro lo que es "señalar"? Ningún otro animal entiende eso tan fácil. Aunque nos parece sencillo, es complejo: tenemos que atender lo que hace un sujeto de otra especie y entender que nos está indicando algo que nos conviene.
Por muy inteligentes que sean los chimpancés (y vaya que lo son) cuesta muchísimo entrenamiento hacerlos que comprendan la acción de "señalar", no así con los perros que son criados en proximidad de humanos.
Muchos animales tienen inteligencia social, que les permite convivir y cooperar con otros miembros de su especie, pero los perros van más allá: pueden convivir, interectuar y cooperar también con nosotros. Esta extraordinaria capacidad los ha convertido en las mascotas más populares y queridas.
Compara la relación que puedes desarrollar con un gato, un hamster o una tortuga con la que puedes establecer con un perro, y tendrás claro que los canes son muy especiales.
Cada persona que vive con un perro siente y está convencida de que tiene una "relación especial" con su mascota, algo que los científicos (sin perro) miraban con escepticismo... Hasta ahora.
En el "Centro de Cognición Canina de Duke" el sicólogo Marc Hauser y sus colegas hacen cientos de pruebas a perros muy diversos. Su intención es desarrollar mejores métodos de entranamiento, pero sus hallazgos van más allá, echando luces sobre lo que ocurre en la mente canina y, por supuesto, en la nuestra.
La primera regla que siguen estos científicos es "olvida tus corazonadas". Solo porque un perro parezca "entender" o parezca "sentir" no significa que esté "entendiendo" o "sintiendo" de verdad, o al menos como nosotros nos imaginamos.
Por ejemplo, tu perro te recibe con "besos", olfateadas y saltos. ¿Alegría de verte? ¿No será solo que tiene hambre y está comprobando si le traes algo de la comida cuyo olor siente en tu boca? ¿Los perros sienten "culpa" luego de una travesura o solo es una táctica para evitar el castigo? Para determinarlo, los científicos elaboran pruebas.
En una de ellas, se hacía creer al dueño de un perro que su mascota había hecho algo malo. El dueño la reprendía y el perro, siendo inocente, actuaba como "culpable" y asumía una actitud sumisa. No se trata entonces de auténtica culpa, sino de un comportamiento aprendido para satisfacer el enojo del amo.
O dicho en otras palabras: los perros son manipuladores. Aprenden observándonos.
Juliane Kaminski, investigadora alemana del Instituto Max Planck, determinó que un perro puede aprender el nombre de doscientos objetos distintos. Pero eso no significa que él entienda esas palabras igual que nosotros.
Por ejemplo, nosotros podemos decir "Rex, haz el favor de ir y traerme el frisbi". Y Rex va y trae el frisbi. Sin embargo, la única palabra que él captó fue frisbi, aunque en nuestra imaginación se ha creado la ilusión de que Rex puede entender una oración compleja.
Los perros son lobos amables. Son así porque a lo largo de miles de años, los humanos, que compartíamos el territorio con ellos, preferimos adoptar a los lobos que eran naturalmente "buenos" con nosotros. Esta selección "no natural" provocó generación tras generación lobos muy domesticables y útiles, léase perros.
Entonces, muchas de las habilidades sociales que hoy vemos en los perros son el reflejo de ese proceso de miles de años en el que ambas especies hemos aprendido a "gustarnos" y a "manipularnos" mutuamente. ¿Dónde terminan las habilidades aprendidas de los humanos y comienza la "verdadera" mente canina? Faltan más estudios para determinarlo.
Información de Time. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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