Es muy popular la creencia de que entre los adultos hay un vínculo entre espiritualidad y felicidad. Un estudio reciente confirma esa misma creencia en jóvenes de entre ocho y doce años.
El estudio muestra que los jóvenes que sienten que sus vidas tienen un sentido, valor y relaciones interpersonales significativas -conceptos personales y comunales relacionados a la espiritualidad- son más felices.
La religión, sin embargo -otro aspecto comúnmente relacionado con la espiritualidad- no parece tener el mismo efecto.
Algunos padres, sin embargo, no tienen reparo en fomentar que sus hijos
participen en prácticas religiosas radicales o extremas como las que se
ven en estas imágenes. Fuente: Internet
Muchos jóvenes no tenían problema en afirmar que eran "espirituales", pero no se mostraban necesariamente entusiastas con la idea de un dios.
Otro estudio muestra un vínculo entre jóvenes religiosos y "buen comportamiento", pero "buen comportamiento" es un concepto muy distinto de "felicidad".
Trescientos veinte jóvenes de colegios estatales y religiosos (de dos confesiones distintas) respondieron seis cuestionarios sobre religión (en general), espiritualidad, sus propias religiones y sus temperamentos, concepto que se considera una pista sobre la felicidad futura de estos chicos.
El resultado muestra que ir a misa, rezar y meditar provoca poca o ninguna felicidad entre los chicos, mientras que prácticas relacionadas con la espiritualidad -como tratar amablemente a otras personas, hacer voluntariados o actos de altruísmo- sí contribuye a este sentimiento.
Otra investigación relacionada al mismo tema comparó dos grupos: jóvenes sanos con jóvenes que padecen alguna enfermedad incurable y dolorosa. Para ambos grupos, la espiritualidad fue una herramienta útil para sentirse más felices, pero resultó especialmente provechosa para los enfermos, incluso para los que se mostraban deprimidos.
Enlaces
Información de LiveScience. Edición, versión y traducción de Sophimanía
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