Foto: Food.blogia.com
Mito 1: Comer huevos hace mal al corazón.
Es cierto que los huevos contribuyen al colesterol, el que a su vez favorece la obesidad y el deterioro del sistema circulatorio, incluyendo el corazón. Pero ponerle a los huevos la etiqueta de "malo para el corazón" es conectar los puntos equivocados. Al menos esa es la opinión de los expertos, quienes explican que estudios epidemiológicos han demostrado que gente saludable come huevos sin mayores problemas.
Según explica Penny Kris-Etherton, doctor en nutrición de la Universidad de Pennsilvania, la mayor parte del colesterol que ingerimos -por ejemplo al comer un huevo- no tiene un gran impacto en el colesterol que tenemos en sangre, ya que el cuerpo compensa la diferencia.
Las que sí tienen un gran impacto en nuestro colesterol en sangre son las grasas "trans" y las saturadas, poco abundantes en los huevos.
Mito 2: El jarabe de maíz de alta fructosa es peor que el azúcar blanca refinada
Es un mito urbano. La composición de la alta fructosa presente en el jarabe de maíz es casi idéntica a la que hay en el azúcar. Entonces, el jarabe de maíz no es "peor", pero podemos decir que es "igual de malo" que el azúcar. El consejo es consumir la menor cantidad de azúcar -en cualquiera de sus formas.
Mito 3: La comida cruda tiene enzimas esenciales para la digestión
Las enzimas que se destruyen al cocinar los alimentos no son esenciales para la salud humana. Pueden ser esenciales para la planta, pero no para nosotros. Además, nuestro cuerpo fabrica las enzimas que necesita, y las fabrica durante toda la vida, mientras las necesitemos. No es verdad que nuestras enzimas "se acaben".
Mito 4: Tu cuerpo no puede usar las proteínas de los granos, a menos que los comas con arroz.
Las proteínas que necesitan nuestros cuerpos para construir "todo" (desde músculo hasta hormonas) son el resultado de la combinación de 20 aminoácidos. Nuestro cuerpo produce sólo once de ellos. Para los nueve restantes necesitamos comer.
La carne y los huevos por ejemplo nos proveen de esos nueve aminoácidos. Los vegetales, por el contrario, fallan en proveer al menos uno de ellos, por lo que es bueno incluir arroz y granos en la dieta. Pero eso no significa que tengamos que 'mezclar' el arroz o los granos. Solo comerlos en algún momento. Después de todo, los alimentos van a la misma "cesta".
Mito 5: El microondas destruye los nutrientes.
Cuando cocinas, ya sea en un microondas o en una hornilla o una parrilla, es el calor y el tiempo lo que cocen los alimentos, no "el método" que uses. Mientras más tiempo el alimento esté expuesto al calor, tendrá menos agua. Y el agua es esencial para la existencia de algunos nutrientes como la vitamina C y la B (tiamina).
Pero no tiene nada que ver con los "rayos" del microndas. Es efecto universal del calor, sea del microondas o del fuego.
Mito 6: La radiación del microondas crea peligrosos compuestos en tu comida
La palabra "radiación" nos puede sonar siniestra, pero no es otra cosa que una forma simple de referirse a la energía que viaja y se esparce en ondas u olas. La luz, vital para nosotros, es radiación visible. Por supuesto hay otras formas de radiación que no vemos y que pueden ser peligrosas.
En el caso del microondas, lo que la radiación produce es calor, y es el calor lo que cocina los alimentos, no "la radiación". Así, la forma en que cocina el microondas no es distinta de las otras formas de cocinar.
Una cosa distinta es el contenedor de los alimentos. Algunos plásticos, por ejemplo, pueden liberar ciertos componentes que se transfieren a la comida. Pero para evitar eso hay que usar recipientes especiales para el microondas.
Información de MSN. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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