Foto: Alibaba.com
Entre los cientos de 'cadenas' que circulan vía correo electrónico pidiendo su difusión masiva a cada persona que las recibe está de moda una que señala que el aditivo para la comida llamado glutamato monosódico es un veneno ya que provocaría obesidad y alergias en los humanos.
La gravedad del asunto -según la 'cadena' en cuestión- es que el glutamato monosódico está en practicamente todas las comidas que podemos comprar, bajo las denominaciones GMS, 'saborizante natural', entre otras (incluyendo el famoso saborizanteAjinomoto). Es decir, nos estaríamos envenenando masivamente y sin saberlo.
Aunque el texto de la cadena pretende tener valor científico, lo cierto es que la ciencia desmintió esa leyenda urbana hace tiempo. En medicina se la conoce bajo el nombre de "Síndrome de la comida china", ya que es sabido que la comida asiática usa el glutamato monosódico de forma regular.
En Estados Unidos muchas personas dicen padecer alergia o algún tipo de reacción adversa al glutamato, precisamente luego de haber consumido comida china. Sin embargo, estudios científicos citados por la periodista Julia Moskin del New York Times, confirman que el glutamato monosódico, consumido en concentraciones normales, no afecta el peso de la mayoría de las personas.
Un estudio del 2005 citado por el periodista Alex Renton dice: "A la fecha ninguna entidad oficial, gubernamental o académica, ha encontrado motivos para advertir contra el consumo de glutamato monosódico".
Renton también realizó la siguiente experiencia con un amigo que insistía en que era alérgico al glutamato monosódico: le preparó una comida repleta de GMS y se la ofreció sin contarle lo que tenía. Su amigo la terminó sin sentir ninguna reacción adversa. Según Renton esto es así porque al no saber lo que comía, no se sugestionó para sentirse mal.
En China no se conoce la alergia a la GMS ni del síndrome de la comida china, y ellos consumen entre 1.6 y 1.8 millones de toneladas de glutamato monosódico al año. En Italia, el queso parmesano, de consumo masivo y cotidiano, está lleno de glutamato monosódico, y no se conocen casos de alergia a la GMS. La leche materna contiene GMS, y nadie escucha a los pediatras diciendo "no le de mucha leche materna a su bebé".
El hecho es que, a menos que usted se trague baldes repletos de glutamato monosódico, no es posible que le haga daño.
La persistencia de esta leyenda urbana es, según el periodista Jeremy Goldkorn, un síntoma de lo hipocondriaca que es la cultura estadounidense contemporánea y evidencia la incapacidad del sistema educativo norteamericano para enseñar a las personas a diferenciar entre ciencia y charlatanería.
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Información de Guardian.co.uk. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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