Foto: i35.com
VIH, hepatitis B, hepatitis C, infecciones virales y bacterianas diversas, infecciones subcutáneas, irritaciones severas, alergias crónicas y otras patologías son los riesgos de hacerse tatuajes y piercings. Aun así algunas personas se los hacen. ¿Por qué?
Las causas iban desde las más evidentes y superfluas como "sentirse a la moda" hasta las más transgresoras como mostrar algún signo de "individualidad" o diferenciación. Durante años, la hipótesis más difundida era que se usaban los tatuajes extensos para enmascarar- y de algún modo corregir- la asimetría corporal del tatuado. Hay que recordar que la simetría de nuestros cuerpos está asociada a una atractiva y adecuada anatomía para la supervivencia.
Pero un reciente estudio hecho por la Universidad de Wroclaw, en Polonia, sugiere un factor adicional: determinismo genético.
Pero un reciente estudio hecho por la Universidad de Wroclaw, en Polonia, sugiere un factor adicional: determinismo genético.
El estudio polaco parece indicar que las personas que quienes se tatúan o incrustan piercings, son personas con un impulso genético a desarrollar comportamientos riesgosos, a los que generalmente solo pueden prestarse personas con buena salud física. Por tanto, el riesgo que puede implicar un tatuaje o un piercing, estaría dejando en claro que el individuo es capaz de asumir riesgos, algo que Charles Darwin llamaba "honestidad evolutiva".
Estos tatuajes serían el equivalente simbólico de las "cicatrices de guerra y caza" que exhibían nuestros ancestros que sobrevivían a los peligros que implicaban la supervivencia.
Información de ScientificAmerican. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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