Imagen: Dkimages.com
Huellas fósiles halladas en una mina polaca dan cuenta de una enigmática y antiquísima criatura que está obligando a los paleontólogos a reescribir el expediende de cómo la vida pasó del mar a la tierra.
Un punto clave en la teoría de la biología evolutiva es que los tetrapodos (criaturas vertebradas con cuatro patas) evolucionaron a partir de peces con cuatro aletas. El punto intermedio de ese proceso es llamado "elpistostegids", y sugiere la existencia de una criatura con cuerpo de tetrapodo pero aletas en vez de patas.
La vida habría ganado la tierra mucho antes de lo pensando hasta ahora. Dibujo: Tatic.guim.co.uk
El candidato más promisorio para encarnar a este "eslabón perdido" es el Tiktaalik, un pez grande de aguas poco profundas cuyos fósiles fueron hallados el 2006 a mil kilómetros del Polo Norte, en los sedimentos de un río canadiense.
El Tiktaalik vivió hace unos 375 millones de años. Pero aquí lo curioso: las huellas encontradas en Polonia pertenecen a una criatura más vieja: 395 millones de años. Y ya en ese momento las huellas muestran una distinción entre "manos" y "pies".
Según señala el investigador a cargo, Per Ahlberg, a la revista Nature: esto adelanta entre 10 y 18 millones de años la fecha aproximada en que algunos peces abandonaron el mar.
Las huellas sugieren que este animal medía unos dos metros y medio de largo. No hay señales de fricción corporal sobre el fango, lo que señalaría que esta criatura flotaba en mares poco profundos mientras sus patas se movían sobre el fango. La teoría anterior sugería que este proceso se llevó a cabo en deltas de ríos y lagos.
Información de AFP. Versión, edición y traducción de Sophimanía
1 comentario:
"Recuerdo que, revolviendo con tu padre por una anfractuosidad de la montaña, dimos con el esqueleto petrificado de un pez. Me quedé absorto pensando: ¡Oh tiempo, consumidor de todas las cosas, que las vuelves a ti para dar a las vidas extinguidas nuevas y diversas habitaciones! ¡Oh tiempo, veloz depredador de las cosas creadas, cuántos reyes, cuántos pueblos has deshecho, y cuántas mutaciones de estados y circunstancias han sucedido desde que la maravillosa forma de ese pez muriera aquí, en esta cavernosa y retorcida interioridad!
La sonrisa de la Gioconda (Luis Racionero)
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