Foto: Kaworu Koneru
A principios del 2008 un grupo de trabajadores que removían tierra para extraer áridos en los terrenos del futuro embalse El Bato, en la IV Región de Chile, encontraron, a un metro de profundidad, una pieza de cerámica. A esta siguieron otras y así empezó a desenterrarse un centro del período diaguita-incaico (siglos XV y principios del XVI) de más de 120 metros cuadrados, donde las familias se reunían para faenar guanacos y llamas, celebrar comidas familiares, realizar ritos con drogas y hasta enseñar a los niños y niñas a fabricar puntas de flecha y cerámicas.
En otras palabras: un centro recreacional. El nombre con el que fue bautizado: El Bato 04.
El arqueólogo de la Universidad de Chile, Patricio Galarce, explica que, en vista de estos hallazgos, en diciembre de 2008 se efectuó una "intervención para evaluar el sitio". En conjunto con la arqueóloga Gabriela Santander hicieron excavaciones en diferentes lugares y en uno de los pozos de sondeo, de 50 metros por 50, se halló "un nivel de 10 centímetros con mucha cerámica, huesos animales y restos de instrumentos de piedra muy concentrados". Se amplió el borde de esta excavación y en esa "cuadrícula" se observaron 20 centímetros de alta densidad de material: más de 12 mil cerámicas.
El Consejo de Monumentos pidió entonces extender la excavación a un 1% del lugar y, tras nuevos hallazgos, solicitaron otra ampliación al 25%. Tras una contrapropuesta del MOP se acordó excavar, en septiembre de 2009, un total 542,5 metros cuadrados, equivalentes a un 11% del total.
Entonces, dice Galarce, apareció "una acumulación de forma ovoidal, de 12 por 10 metros, que aparentemente estuvo delimitada por una suerte de muro".
En su interior, más de 100 mil piezas que (con 80 personas) fueron extraídas y trasladadas al SEK en Peñalolén, como proyectiles de sílice, cuñas para inhalar la planta alucinógena cebil y cerámicas pintadas. Afuera de los muros hay cinco cuerpos humanos, pese a que no se trataba de un cementerio.
La antropóloga física Margarita Rebolledo dice que, hasta ahora, han identificado a una mujer entre los 17 y 25 años y un hombre adulto, con los cuerpos extendidos.
Información de LaTercera (Chile). Resumen de Sophimanía
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