Sin duda somos los "raros" de la familia. ¿Por qué? Foto: Planetasedna
Somos animales en todo el sentido de la palabra. A estas alturas de las investigaciones ningún biólogo duda ya de eso. Nuestras raíces genéticas, físicas y sicológicas son rastreables en otras especies. El registro fósil da cuenta de nuestros ancestros. El código que usa nuestro ADN para determinar nuestras características es el mismo del ADN de insectos, virus, bacterias, reptiles y plantas. Los humanos somos apenas un ejemplo más, en un mar gigantesco de diversidad, de cómo la vida se multiplica.
Sin embargo algunas de nuestras características son únicas, en un sentido en el que no parecen competir otras especies. Aquí un repaso a las diez más sugerentes.
1) Vivimos mucho más allá de nuestra capacidad reproductiva. Llegamos a ser abuelos, bisabuelos, tatarabuelos. En otras especies, generalmente, el término de la capacidad reproductiva también significa la inminencia de la muerte.
2) Nuestra niñez es larga, por lo que necesitamos que nuestros padres nos cuiden por mucho tiempo. En otras especies la infancia dura poco, en algunas especies de insectos horas. La razón de nuestra niñez duradera parece estar en el tamaño de nuestros cerebros. Al ser mucho más complejos comparados con los de otras especies, necesitan mucho tiempo para madurar y "programarse".
3) Nos sonrojamos. Aunque todavía no está clara la utilidad adaptativa de este fenómeno algunos creen que -al ser una especie social- el sonrojo tiene la función (involuntaria) de garantizar nuestra honestidad frente a los demás. Algo que no se ha encontrado en otras especies.
4) Controlamos el fuego. Aunque otras especies llegan a utilizar herramientas, los humanos somos los únicos con la inteligencia suficiente para controlar el fuego, un recurso muy útil, pero también muy problemático. Y que usamos desde la prehistoria para calentarnos, cocinar o ver en la oscuridad.
5) Usamos ropa. Aunque nos gusta llamarnos "monos desnudos", la verdad es que socialmente cubrimos nuestros cuerpos, tanto por una cuestión práctica (protegernos del clima, de los rigores del suelo) como ornamental, tal como es en algunas especies de aves. Con el vestido, los humanos suplimos la natural pérdida del pelo que cubría todos nuestros cuerpos en el pasado remoto.
6) Hablamos. Si bien todas las especies tienen códigos de comunicación entre sus miembros y entre miembros de una especie y otra, ninguna llega a la capacidad de razonamiento simbólico y abstracto que se refleja en nuestro uso de los idiomas. Esto tiene su contraparte en nuestro sistema fonador y auditivo, que permiten expresar y a la vez captar la sutileza de miles de sonidos e inflexiones vocales.
7) Manos hábiles. Todos los primates tenemos pulgares oponibles, ahí no radica la peculiaridad. Lo que hace extraordinarias a nuestras manos es la capacidad de movimiento de nuestros dedos, y la precisión y agilidad que logramos al moverlos. Muchos primates podemos agarrar un palo y moverlo como un arma o como una herramienta, pero solo los humanos podemos tocar el piano o el violín o teclear sobre una computadora con tal rapidez, precisión y -en el caso de personas muy talentosas- con tanto prodigio.
8) Desnudez. Mientras la mayor parte de nuestros hermanos simios y primos mamíferos están cubiertos de pelos, nuestra piel, en su mayor parte, está libre de ellos. Esto nos expone al frío y al calor, pero al mismo tiempo nos da una ventaja para controlar nuestra temperatura corporal, indispensable para sustentar las necesidades de un cerebro tan grande y voraz como el que tenemos. Si bien todavía tenemos una cantidad importante de folículos pilosos, el pelo que producen es muy delgado y corto comparado con el de los simios.
9) Caminamos erectos. Esta capacidad nos da tanto ventajas como desventajas. Las ventajas van porque libera nuestras manos de la necesidad de estar en contacto con el suelo. Así, podemos cargar peso, recolectar y eventualmente defendernos o atacar. El caminar en dos pies también mejora nuestra capacidad de visión (vemos más lejos, desde más arriba) y nuestra movilidad (es más fácil voltear). Las desventajas son que exponemos nuestro tórax al enemigo, algo que evitábamos cuando éramos cuadrúpedos. También es una desventaja que -debido a la alteración de la pelvis- nos resulta extraordinariamente doloroso parir, sobre todo porque nuestras cabezas son tan grandes incluso al nacer. No en vano en siglos pasados el parto era la principal causa de muerte femenina. Otras desventajas son tendencia al dolor crónico de espalda cuando envejecemos.
10) Super cerebro. Al contrario de lo que generalmente se dice, el cerebro humano no es el más grande del reino animal. Algunas especies de ballenas tienen cerebros más grandes. Si tenemos en cuenta la relación entre el tamaño de nuestro cerebro y el de nuestros cuerpos, tampoco ganamos. Hay algunas especies de aves, muy pequeñas, que tienen -en términos relativos- un mejor ratio cerebro-cuerpo que nosotros. Sin embargo el cerebro humano debido a los pliegues de su corteza y a lo complejo de sus intrincadas redes neurales es el único (hasta donde conocemos) con capacidades tan elevadas de pensamiento, memoria, conciencia, humor, abstracción, creatividad y reflexión (o metaconciencia).
Estas características nos hacen una especie única, sobre todo porque además tenemos la libertad de usarlas para el bien del medio ambiente y nuestra especie, o en contra. Un poder de decisión en el que todavía no resultamos -por desgracia- tan extraodinarios. Una tarea urgente, dado el deterioro al que estamos llevando al planeta.
Pablo Vásquez con información de LiveScience.
1 comentario:
Permiteme presentarme mi nombre es Franck administrador de 2 directorios de blogs y páginas web, visité tu Página y está muy interesante, me encantaría contar con tu página en mis 2 directorios y estoy completamente convencido que para mis visitas les será de mucho interés. Si lo deseas no dudes en escribirme muchos Éxitos
Un saludo
Michel
WebMaster
contacto: rey.delcastillo@hotmail.com
Publicar un comentario