miércoles, 12 de agosto de 2009

Perros y niños de 2 años se encuentran en el mismo plano mental


Los perros entienden 165 palabras y sienten miedo, cólera y felicidad Imagen: Wranglerinn

Según la información presentada en el encuentro anual de la Asociación Americana de Psicología que se lleva a cabo en Toronto, Canadá, un perro y un niño de dos años se encontrarían en el mismo plano mental. A tal punto se considera la capacidad del can que se lo ha llamado “un niño con hocico y cola”.

Y como los niños de 2 años, los perros pueden sentir miedo, cólera, felicidad, repugnancia, etc. Pueden llegar a entender 165 palabras, un “súper perro” puede llegar a las 200 y, potencialmente, pueden aprender hasta 250. Además sueñan, manejan con solvencia mecanismos simples como abrir pestillos y pueden engañar a otros perros.

Casos sobre perros sorprendentes abundan. Uno en particular fue el de uno que “aprendió a leer”. El animal entregaba la carta correcta a la persona correcta. Aunque el asunto fue menos extraordinario de lo que pudiera parecer ya que el perro aprendió a diferenciar la longitud de los nombres y tenía asociada a cada persona con la respectiva extensión de letras. De allí que no fallara.

Los perros tienen diferentes tipos de inteligencia. Encabezan la lista los boder collies por su instinto para trabajar y su inteligencia de obediencia. Le siguen los poodles, los pastores alemanes, los golden retrievers, los dobermans, los pastores de Shetland y los labradores retrievers.

Traducción y Edición de Sophimanía. Información de Health Day.
Artículo original (en inglés) aquí.

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¿Qué es Sophimanía?

Divulgación Científica:
Impulsamos el conocimiento de temas que por coyunturas políticas, pasan a 2do plano. Creemos que solo nuestro instinto por saber, conocer, explorar, cuestionar, construir, ha permitido que nuestra especie ocupe este espacio-tiempo, y por lo que quizás permanezca.

Pensamiento Crítico:
Ver el mundo con ojos nuevos. Rebelarse contra la información estandarizada. No dejarse doblegar por el sistema, la educación pasteurizada o el circuito estético consumista imperante. Ser libre, o lo más libre posible, empezando por tu mente y tu cerebro.

Un blog de Claudia Cisneros