

Residencias estudiantiles y viajeros frecuentes están advertidos: cuídense de los chinches, esos pequeños parásitos, del tamaño de un grano de arroz, que viven en las camas mal aseadas listos para -literalmente- chuparnos la sangre.
Estos insectos, de color rojizo, resisten muchos pesticidas y se las arreglan para sobrevivir en colchones, sobre todo en hoteles de carretera o en albergues estudiantiles.
En Carolina del Norte ya se han cerrado dos albergues por esta causa, pero las autoridades insisten en que hace falta tomar medidas más radicales para detener el avance de esta plaga.
El mes pasado, la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos hizo su primera "cumbre del chinche", a la que asistieron cientos de profesionales relacionados al tema. Al mismo tiempo, el Congreso de ese país busca incrementar en 50 millones de dólares el presupuesto designado a inspectores de salud.
Los chinches aparecen en cada vez más hoteles. Son unos viajeros fantásticos. Se trasladan en maletas, cajas y paquetes. Y lo más asombroso: pueden vivir un año sin comer.
Aunque hasta el momento no hay enfermedades específicas relacionadas a este parásito, no se descarta que en el futuro las haya. Su "éxito" se debe a que con los años han desarrollado inmunidad hacia los pesticidas más populares, mientras que otros, más poderosos, han sido prohibidos por razones de salud pública y medio ambiente.
Información de Yahoo. Versión, edición y traducción de Sophimanía
Articulo original y completo (en inglés) aquí
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