Los científicos saben desde hace tiempo que los mamíferos machos y los mamíferos hembras responden de diferente manera a la escasez de alimentos: las células de los machos tienden a conservar las proteínas mientras que las de las hembras conservan mejor las grasas.
¿Pero qué ocurre en el cerebro, órgano que requiere un conjunto complejo de nutrientes para funcionar adecuadamente? Un estudio hecho en roedores, que son una buena analogía de los humanos, da algunas pistas.
Lo resaltante del estudio: En circunstancias difíciles, la naturaleza favorece la supervivencia de las hembras, no de los machos. O, dicho en otras palabras: las hembras parecen ser más valiosas que su contraparte sexual.
Luego de 24 horas de privación de alimento, las neuronas de los machos se mostraban bastante más disfuncionales (70% menos de actividad) que las neuronas de las hembras (50% menos de actividad).
Mientras que las células nerviosas de los machos comenzaron a "comerse a sí mismas", es decir usar parte de sus componentes vitales como fuente de combustible, las neuronas de las hembras creaban y guardaban reservas de lípidos.
En consecuencia, bajo las mismas circunstancias de privación, las neuronas de los machos mueren más que las neuronas de las hembras que movilizan ácidos grasos, acumulan triglicéridos y sobreviven más tiempo.
Por supuesto, todavía faltan más estudios para explicar este mecanismo y para ver si esto también ocurre en el cerebro de los humanos.
Información de LiveScience. Edición, versión y traducción de Sophimanía
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