martes, 12 de abril de 2011

Histórico y trascendental: hoy se cumplen 50 años del viaje de Gagarin al espacio


Imagen: Spacefacts.de

El 12 de abril de 1961, tras más de un millón y medio de años de complicada e incierta evolución, unos pequeños y frágiles mamíferos bípedos lograron fabricar una pequeña pelota de lata en la que uno de ellos pudo ingresar. Luego, gracias a una gran explosión, esa pelota salió de la atmósfera y entró en órbita por 108 minutos.

Esos pequeños y frágiles mamíferos bípedos desafiaban así, gracias a su inteligencia y a su valor, las propias fuerzas naturales que los habían creado para cruzar una línea más allá del mar, más allá del cielo, una frontera cuya complejidad y peligro sólo pudo ser entendido y desafiado por sus mentes, únicas en todo el escenario natural conocido.

Video: Chris Riley

Antes de aprender a nadar y navegar, los humanos vimos peces nadando, troncos flotando. Antes de aprender a volar, los humanos veíamos a los pájaros realizando ese prodigio. Pero en el espacio no hay referentes ni compañeros. Es un inhóspito territorio que hemos descubierto a nuestra cuenta y riesgo, un mar que nos conecta con un destino que puede llevar a nuestra especie a otros planetas, otras galaxias, otros universos.

Como ninguna otra proeza de nuestra historia, salir al espacio lleva la impronta de nuestra inteligencia, nuestra ciencia, nuestra tecnología, nuestra curiosidad y nuestra sed de conocimientos y aventura. Salir al espacio es algo tan único de nuestra especie que nos puede definir como humanos: animales que pueden salir de sus planetas.

Foto: ElPaís.com

El primero de nosotros que logró ese prodigio fue Yuri Gagarin, un ruso nacido en 1934 en Klúshino, un pequeño pueblo de gente trabajadora y humilde. Su padre fue carpintero. Y el propio Gagarin, como muchos de sus contemporáneos, se hizo obrero metalúrgico, oficio en el que hubiera seguido de no ser por una pasión que poco a poco fue naciendo y creciendo en él: volar.

Era la época de la Unión Soviética y el joven obrero consiguió, en 1955, entrar en la Escuela Militar de Pilotos de Oremburgo, donde conoció al amor de su vida (Valentina Goricheva) y se graduó en 1957, año en el que también se casó.

Imagen: La Mazorca

Pero volar y compartir la vida con Valentina no eran las únicas pasiones de Gagarin. El quería más. Es así que en 1959 se presentó como candidato al primer vuelo espacial, en ese tiempo una empresa muy peligrosa, la que sin embargo congregaba el interés de muchos jóvenes pilotos, deseosos de hacer historia y de elevar el prestigio de la Unión Soviética.

Gagarin se entrenó y preparó con un ahínco tan admirable que consiguió calificaciones superiores a las de sus compañeros, lo que le valió ser elegido como el primer ser humano que saldría al espacio en la nave "Vostok 1", partiendo del cosmódromo de Baikanur.

Gagarin era un hombre sin complicaciones, sincero, optimista, un poco reservado pero de buen carácter. El día del lanzamiento, llegada la hora de abordar la nave, dijo simplemente "vamos", como cuando cualquiera de nosotros propone ir a comprar a la bodega de la esquina.

Una vez en órbita, Gagarin experimentó por primera vez la ingravidez, a la que calificó de "agradable". Y cuando miró la silueta de nuestro pleneta desde la ventanilla no pudo dejar de exclamar: "¡Qué belleza!".

Foto: All-photo.ru

La Vostok cruzó Siberia y entró en el Pacífico por el norte de Japón. El cosmonauta contempló el arco iris y las estrellas, se quedó incomunicado y se perdió en la noche. Luego, emergió de nuevo a la luz del amanecer por el sur de Argentina, cruzó el Atlántico, y, sobrevolando África en diagonal, volvió a la Unión Soviética, convertido ya en uno de los más grandes e indiscutidos héroes de rusia, honor que mantiene hasta ahora y que por supuesto es compartido por toda la especie humana.

En su momento, la prensa occidental, en plena "guerra fría" con el bloque soviético, trató de desacreditar la figura de Gagarin resaltando una versión de la prensa rusa según la cual el cosmonauta decía no haber visto a dios durante su viaje, pero no hay documentos históricos que respalden esa leyenda, que probablemente haya tenido origen en otros ámbitos de la política.

En todo caso, Gagarin fue educado ateo, como los demás ciudadanos de su país en tiempos de la Unión Soviética, lo que explicaría y sustentaría la expresión, que por lo demás refleja un punto de vista totalmente válido y vigente.

Siete años después, en un confuso accidente aéreo, Yuri Gagarin falleció piloteando un MiG-15, con el que hacía un vuelo de rutina. Tenía apenas 34 años.

Los incidentes de ese primer vuelo fuera de la Tierra de 108 minutos de duración son relatadas en "Firs orbit", un documental del inglés Chris Riley, quien ha obtenido la ayuda la agencia rusa y la Estación Espacial Internacional para conseguir imágenes. Este documental es gratuito y de libre disponibilidad.

Tras su proeza y convertido en una celebridad mundial, Gagarin se vio incomodado por la fama, lo que relató en su libro "Veo la Tierra".

Sin duda, ser el primer ser humano en visitar el espacio fue una experiencia que marcó a Gagarin, también primero en sentir la ingravidez y primero en ver nuestro planeta desde una posición tan amplia y elevada, imagen que lo motivó a decir: "Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos".

Enlaces relacionados

Pablo Vásquez para Sophimanía con información de ElPaís.com y Wikipedia.

1 comentario:

Luis dijo...

No olvidar a los cerebros detras de esta hazaña: Wener Von Braun y Sergéi Koroliov.

Al respecto hya un documental altamente recomendable "Space Race" realizado por la BBC.

Saludos

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