Las más extensas del Perú. Foto: Rodolfo Salas Gismondi.
En setiembre, un equipo de geólogos franceses encabezado por Patrice Baby (IRD, Toulouse) descubrió huellas de dinosaurios en una pared rocosa, cerca al puente Inambari.
Corresponden a una unidad geológica llamada "Grupo oriente", que data del Cretácico (posiblemente Cretácico tardío), con una antigüedad aproximada de 80 millones de años.
Reconstrucción del saurópodo, en el Museo de Historia Natural de Lima.
Foto: Rodolfo Salas Gismondi.
Principalmente son huellas de saurópodos (dinosaurios de cuello largo), posiblemente titanosaurios, que deambulaban sobre una llanura inundada próxima a la costa.
Las pisadas fueron cubiertas por capas de arena y arcilla traídas por el viento y el agua. Posteriormente, los sedimentos acumulados se compactaron y consolidaron. El terreno ahora tiene una inclinación de casi 70 grados, debido a los movimientos tectónicos que produjeron el crecimiento de la Cordillera de los Andes.
Están al costado de la carretera. Foto: Rodolfo Salas Gismondi.
Los titanosaurios eran herbívoros de tamaño medio a grande caracterizados sus cuellos largos y patas elefantoides. Se cree que eran gregarios. Sus restos son comunes en rocas cretácicas sudamericanas. En el Perú, huesos de titanosaurios de hasta 14 metros de longitud han sido descubiertos en Bagua, Amazonas.
El afloramiento rocoso tiene 600 metros cuadrados y muestra varios rastros dejados por animales que circulaban con rumbos distintos. Las pisadas forman largas líneas, las más largas del Perú, con más 100 pisadas consecutivas que en conjunto alcanzan 40 metros de largo.
Mudos testigos de un pasado de millones de años. Foto: Rodolfo Salas
En el Perú hay huellas edad Cretácica como Huanzalá-Antamina (Ancash), Querulpa (Arequipa) y Vilquechico (Puno). Son de gran importancia porque permiten conocer la distribución y ciertas características anatómicas de los dinosaurios que habitaron nuestro país, así como detalles de su conducta y modo de desplazamiento. Huellas similares a las de Inambari se encuentran en la localidad de Cal Orcko (Sucre, Bolivia), aunque las lluvias las han destruido en gran parte.
Como no es posible trasladarlas, el trabajo científico se basa en tomar moldes, medidas y fotografías.
Foto: Las huellas de Cal Orcko, en Sucre, Bolivia. Images.travelpod.com
En el caso de estas huellas en particular, en nuestro país la labor de preservación (como acordonar el área y/o infiltrar las huellas con materiales que las protegerlas de la erosión del viento y las lluvias) caen en un área de responsabilidades poco clara, entre el Ministerio de Cultura, el Instituto Nacional de Cultura o los gobiernos regionales.
Como al valor científico de estas huellas se le puede sumar el valor turístico, es deseable que los gobiernos regionales asumen el liderazgo de protegerlas, como parte de la promoción turística de sus regiones.
Foto: Rodolfo Salas Gismondi.
Equipo de descubridores:
P. Baby (IRD, Toulouse)
J. Baillleul (Institut LaSalle Beauvais)
S. Brichau (IRD, Toulouse)
M. Louterbach (Univ. Paul Sabatier, Toulouse)
M. Roddaz (Univ. Paul Sabatier, Toulouse)
Enlaces relacionados
Información de Rodolfo Salas Gismondi (Dep. de Paleontología de Vertebrados, Museo de Historia Natural, UNMSM). Resumen de Sophimanía
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