Imagen: Pixar Studios
Se da por sentado que una persona que prefiera un BMW, un Audi, un Mercedes, un Porsche o un Alfa Romeo es "sofisticada", pero un nuevo estudio sugiere que podría ser todo lo contrario. Los humanos preferimos instintivamente las curvas a los ángulos rectos, algo que los fabricantes de carros han entendido hace décadas.
Según el sicólogo evolucionista Claus-Christian Carbon de la Universidad de Bamberg (Alemania) la razón es obvia: las cosas puntiagudas, los ángulos rectos y las superficies ásperas nos dañan. Las asociamos inconscientemente con colmillos, caninos, cuchillos.
Las curvas en cambio nos resultan más cálidas y amables, algo que abarca, por supuesto, las curvas de nuestros cuerpos (especialmente las del sexo opuesto) y las presentes en la naturaleza, en los lugares que nos dan cobijo y en la mayoría de alimentos.
Pero la cosa no es contradictoria, sino complementaria. Según el estudio, el éxito a largo plazo de las curvas requiere la popularidad momentánea (novedad) de los ángulos rectos. Esto parece demostrarse en un análisis del diseño de automóviles que fueron populares entre 1959 y 1999.
Los carros con diseños curvilíneos tuvieron vigencia por más tiempo, mientras que los carros con líneas rectas llamaron la atención y fueron exitosos, pero por un tiempo menor, solo mientras eran una novedad.
Si esta tendencia es real se verá este año, para el que Carbon vaticina un éxito (breve) para los modelos nuevos y de líneas rectas. El sicólogo evolucionista explica que si bien las curvas son las preferidas, se necesita establecer un balance entre familiaridad (curvas) y novedad (ángulos rectos).
Información de LiveScience. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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