La mancha no hace más que expandirse. Foto: AP
Equipos de limpieza marina compiten tratando de proteger las costas del Golfo de México del derrame petrolero de Louisiana, mientras un submarino a control remoto intenta -todavía sin éxito- detener la fuga que hay bajo las aguas y que bota unos 42 mil galones de petróleo al día.
Si los equipos no logran detener la fuga pronto deberán cambiar de táctica, lo que les puede tomar todavía más tiempo (unos dos meses) para detener el foco de contaminación.
El petróleo se está escapando de una tubería que está sumergida un kilómetro y medio, y la mancha que forma sobre el oceano ya tiene 4,600 kilómetros cuadrados (77 km de largo por 62 km de ancho, casi dos veces el área de Lima).
No se sabe exactamente cuál será el comportamiento de la mancha de petróleo, depende de los vientos y las corrientes marinas, pero sin duda se está afectando la vida marina (delfines), terrestre (aves) y las actividades como el turismo y la pesca.
Mientras tanto biólogos y expertos en medio ambiente y vida marina no se atreven hacer pronósticos, pero todos están de acuerdo en que esta es una de las peores catástrofes medioambientales de la que han sido testigos. La gravedad de las consecuencias para el ecosistema todavía son imprevisibles, pero sin duda serán muy lamentables.
Información de AP. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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