Tu imaginación, tu teclado y tu mouse son el límite. Foto: Laserbot
Todo empezó en Estados Unidos, en 1987, cuando el estudiante Thomas Knoll decidió crear una aplicación para conseguir distintas tonalidades de blanco y negro en pantallas monocolor. Esta primera versión, que desarrollo en una Macintosh Plus, se llamó Display y su intención no iba más allá de ser un mero pasatiempo.
Pero John, el hermano de Thomas, que en aquel momento trabajaba para Lucas en Industrial Light & Magic, se dio cuenta del potencial y animó a Thomas a que lo convirtiese en un completo programa de edición fotográfico. Ese programa se llamó ImagePro y empezó a distribuirse con impresoras hasta que llamó la atención de Adobe y el resto es historia.
El caso es que se ha convertido en un éxito absoluto. La mejor prueba es que Photoshop se ha vuelto una palabra de uso cotidiano, gracias principalmente a su uso masivo para la edición fotográfica en prensa (donde el neologismo "photoshopear" es moneda corriente en todas sus conjugaciones). Unas ojeras, unos rollitos, un grano, no hay defecto que no se pueda corregir con una pasadita de Photoshop.
Modestos inicios de lo que hoy es una marca multimillonaria. Imagen: Adobe
Un poco de Clone Stamp y un toque de difuminado y la pasa se convierte en uva. Los retoques son tan viejos como la propia fotografía, pero antes eran complicados. Había trucos como poner medias delante del objetivo para dar un efecto “sfumato” y hacer que las arrugas fueran menos arrugas, o también se podía modificar el negativo directamente, lo cual requería un talento pictórico considerable y el riesgo de malograr la foto.
Photoshop llegó al Olimpo del software a base de hacer guapo a quién no lo era (aunque sirve para mucho más) y hoy en día es nada menos que el segundo programa más pirateado del mundo después del omnipresente Windows.
Errores y trampas también se pueden hacer con Photoshop y existe una página muy popular llamada Photoshop Disasters que se dedica a recopilarlas. La lista de aberraciones "photoshoperas" es interminable: mítines trucados para que parezca que hay más gente, asas sin bolso o sonrisas siniestras. Los redactores siempre tienen prisa y eso es terreno abonado para las meteduras de pata.
Y ha llegado el momento de citar el gran defecto de Photoshop: su precio. Una licencia en el Reino Unido anda sobre las 560 libras (840 dólares) y eso es, sin duda, demasiado ¿Solución por la que optan muchos? El pirateo. Obviamente no puedo animar desde aquí a realizar una actividad delictiva así que propondré una alternativa legal a Photoshop.
Se llama Gimp y es la versión en código abierto equivalente. No es tan potente como el producto de Adobe pero para un usuario principiante o intermedio (o sea, todo aquel que no se dedica profesionalmente a la edición y el diseño gráfico) es más que suficiente. Gimp está evolucionando muy rápidamente gracias a la comunidad de desarrolladores que, desinteresadamente, se dedican a mantenerlo. Después de haberlo usado durante el último año debo reconocer que estoy gratamente impresionado. Además es gratis y completamente legal.
Sobre mi experiencia personal con Photoshop puedo decir que llevo casi dos años usándolo a diario y no me considero ni mucho menos un experto, de las miles de opciones disponibles acabo usando la docena que me hace falta para el trabajo cotidiano y sólo de vez en cuando me aventuro en alguna expedición en las profundidades. Muchas veces se dice que usar Photoshop es como vivir en una casa muy grande, auque tenga muchas habitaciones acabas por vivir en dos o tres y raramente visitas el resto.
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Información de Manuel Iglesias Brocos (Tecnoblog360). Resumen de Sophimanía
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