Tiger Woods: ¿Golfo o golfista? ¿Jugador o jugadorazo? Foto: Eldeber.com
El golfista Tiger Woods finalmente rompió su silencio acerca del escándalo de infidelidad que protagonizó a fines del año pasado. No está muy clara su explicación, pero algunos reportes señalan que se está tratando en una clínica de Mississippi por "adicción al sexo".
La infidelidad es algo común en hombres y mujeres de todo el mundo. Se estima que de cada cien hombres unos 25 son infieles. En el caso de las mujeres eso baja al 17 por ciento. Eso, por supuesto, los hace infieles, no necesariamente "adictos al sexo".
Pero hablemos en serio. ¿Realmente existe tal cosa como la "adicción al sexo"? Sabemos que algunas sustancias generan dependencia sicológica y biológica, pero la idea de que ciertos comportamientos tengan el mismo efecto no es universalmente aceptado.
Los que se oponen a aceptar la "adicción al sexo" -como el sicólogo Scott Lilienfeld- dicen que es un "diagnóstico de moda", pero sin sustento científico. Para él se trata de un simple razonamiento circular.
¿Qué hay detrás de la expresión "adicción al sexo"? se pregunta Lilienfeld. ¿Una explicación nueva o simplemente estamos poniéndole una etiqueta a cualquier persona con problemas para contener sus impulsos sexuales?
Los sicólogos que se oponen a aceptar la "adicción al sexo" como una enfermedad dicen que simplemente no caen en la moda de "volver patológico lo que es simplemente promedio". El hecho que la infidelidad y el sexo promiscuo sean mal vistos socialemente no los convierte en enfermedades. Pero el hecho que algunos sicólogos los consideren enfermedades permite que infieles y promiscuos puedan considerarse "menos responsables" de sus actos.
Y es que la clasificación de enfermedades mentales tiene un componente social. Fue por eso que la homosexualidad fue considerada una patología hasta 1973, en que la Sociedad de siquiatría estadounidense decidió sacarla de su manual de diagnóstico.
Para muchos sicólogos, lo mismo está pasando con la presunta "adicción al sexo": una condición inexistente que sin embargo le permite a tipos como Woods convertirse ante el público en "víctimas de una patología" en lugar de asumir simple y llanamente que son unos comunes y silvestres infieles.
Información de LiveScience. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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