Saturno: antes y después del 11 de agosto. Imagen: StarryNight. Montaje fotográfico: Sophimanía
En lo que podría considerarse un “acto de magia” de nivel galáctico, los anillos de Saturno sencillamente “desaparecerán” mañana martes.
Estos anillos tienen un ancho superior a los 270.000 kilómetros y un peso casi inimaginable. Sin embargo dejarán de ser vistos por un fenómeno de perspectiva que sucede cada 15 años.
Pese a las grandes dimensiones de los anillos de Saturno, su profundidad no supera los 10 metros. Y esto hace que, con la rotación alrededor del sol, resulte imperceptible a la distancia que se encuentra de nuestro planeta.
El ángulo sobre el que se sitúa el eje de Saturno está inclinado 27º, similar a los 23º de nuestro planeta. Sin embargo las similitudes con nuestro planeta parecen quedar ahí pues la órbita de Saturno con respecto al sol le toma 29.7 años.
Los anillos representan un misterio porque los científicos no saben con precisión cuándo o cómo fueron formados. Aunque las hipótesis siempre incluyen un impacto con otro cuerpo.
El tema, que presentado de esta manera, puede resultar sorprendente en la actualidad. Sin embargo ya tenemos antecedentes registrados sobre la “desaparición” de las lunas de Saturno.
Galileo, en 1612, ya llevaba 2 años investigando los anillos de Saturno. Desde un telescopio diseñado por él mismo notó, en diciembre de ese año, que los anillos simplemente “desaparecieron”.
“No sé qué decir en un caso tan sorprendente, atípico e inesperado” fue el comentario de Galileo en una carta remitida al respecto.
Traducción y Edición de Sophimanía. Información de Space.com
Artículo original (en inglés) aquí.
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