No es un problema de sexos. Afecta a todos los condutores por igual.
Fuente: Internet
¿Cuántas veces te has bajado del carro con la intención de romperle la cara al conductor que acaba de agredirte - maliciosa, ilegal y estúpidamente- con una maniobra que ha puesto en riesgo tu vida y la suya?
Basta manejar por Lima menos de media hora para entender lo popular que puede ser la respuesta a esa pregunta. Pero si bien el problema de la violencia al manejar en nuestro país parece ser tan crónico como grave, no es privativo de los peruanos.
Un fenómeno tan antiguo como la invención del carro. Fuente: Disney
Un estudio hecho por la Asociación Norteamericana de Automobilistas (AAA por sus siglas en inglés) arroja algunas cifras e hipótesis sobre la problemática de la violencia al manejar.
Según la AAA, en EEUU la ciudad donde los conductores sufren más ataques de ira es Nueva York, seguida por Dallas y Detroit. Y aunque no tiene cifras precisas, estiman que las maniobras agresivas con culpables de un tercio de los accidentes en general, y de dos tercios de los accidentes fatales.
Otro estudio señala que los que hacen maniobras agresivas no son únicamente los estereotípicos "imbéciles" a los que prejuiciosamente solemos culpar de todos los males de la humanidad. Se trata, en su mayoría, de lo que llamaríamos personas perfectamente "educadas y civilizadas".
El civilizado señor "Pasos" se convierte en el monstruoso señor
"Ruedas" al tomar el volante. ¿Familiar? Fuente: Disney
Como en las clásica caricaturas de Disney "Motor Manía", el estar al volante de un auto puede transformar al simpático, ingenuote y bien intencionado señor "Pasos" (interpretado por Tribilín) en el agresivo, violento y malicioso señor "Ruedas". ¿Qué obra esta maligna transformación?
En primer el instito de la territorrialidad que los humanos desarrollamos evolutivamente y que sigue viviendo en cada uno de nosotros, hombres y mujeres. En ese sentido, nuestros vehículos son asumidos como una extensión de nuestro cuerpo y nuestro territorio. Además, según el estudio de la AAA, a los humanos nos gusta la violencia casi casi tanto como el sexo.
El hecho que los hombres tengan más testosterona en el flujo sanguíneo facilita que la territorialidad se exprese de forma violenta, pero el instinto parece estar presente en ambos sexos por igual.
Paralelamente, otro estudio hecho por la universidad de Chicago indica que los actos negativos tienden a propagarse más que los actos positivos. Por ejemplo, si usted cede el paso en una intersección, su buena acción puede provocar que el otro conductor le ceda el paso a alguien más en el futuro cercano, pero eso será menos probable que si usted lo cierra, provocándole un estado de ira que muy probablemente lo hará cerrar a otros y generar una cadena de violencia.
Dicho en palabras el director del estudio: la violencia escala más y mejor que la generosidad. Un pequeño acto de agresividad puede convertirse, en poco tiempo, en un gigantesco problema de violencia irracional.
Como si esto no fuera suficientemente malo, existe el llamado "síndrome de ira explosiva interminente" que llevamos algunos encima y que nos predispone a reaccionar de manera muy violenta ante estímulos que no lo son tanto (las célebres "explosiones de ira") un desorden que -estiman- afecta al 7.3% de los norteamericanos adultos.
El estudio también ha encontrado que aunque la "ira del conductor" es un fenómeno antiguo y difundido, está cambiando con las nuevas tecnologías. Por ejemplo, una encuesta hecha por la AAA en EEUU en 1995 dio por respuesta que la maniobra que más sacaba de quicio a los conductores era cuando otro auto se pegaba demasiado. El resultado actual es distinto: quienes más sacan de quicio son los conductores que manejan mientras hablan por el celular.
Y no les falta razón para sentir cólera. Estudios han documentado que un conductor que habla por celular mientras maneja es igual de peligroso que un ebrio al volante.
La reflexión final: por más educado y civilizado que te sientas, manejar -sobre todo en una ciudad como Lima- te puede convertir espontáneamente en un imbécil irracional y agresivo. Ten eso en mente la próxima vez que te provoque devolver la maniobra indebida que te haga otro conductor. Tu carro no es tu Colt 45.
Tips para evitar la ira al manejar:
1.- No manejes sin haber dormido bien. La falta de sueño de pone irritable.
2.- Sal de tu casa con tiempo (más del que usualmente necesitas para llegar ya que esta vez puede haber un imprevisto).
3.- Tu no eres tu carro. No conviertas a tu vehículo en una extensión de ti, ni tampoco en un arma.
4.- Ten a la mano música suave (o una emisora de radio donde se hable mucho) para un embotellamiento imprevisto. La música "agresiva" te pone agresivo.
5.- No te aferres al timón con cólera. Trátalo con suavidad y no manejes más de tres horas seguidas sin parar unos minutos.
6.- No lo tomes personal. Es probable que la maniobra estúpida del otro haya sido casual o por error.
7.- No manejes en estado de shock emocional o bajo una situación de demasiado estrés.
8.- Aunque tu ira y tu deseo de venganza puedan haberse generado por un acto abiertamente irracional y estúpido del otro conductor, no busques imponerte a costa de hacer una maniobra más arriesgada y estúpida. Tu vida vale más que tu venganza.
9.- Oblígate a hacer al menos una maniobra comprensiva o gentil cada vez que manejes, te hará sentir mejor y menos estresado.
10.- Sé honesto en responder: ¿manejas bien? Si tienes brevete pero no eres un buen conductor, toma un curso o pide consejos a amigos que saben que manejan mejor que tú.
Información de LiveScience. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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