Luces, cámara... ¡Achú..! Una realidad no muy placentera de ver y afrontar.
Fuente: LiveScience
Ahora que afrontamos la primera pandemia del siglo 21, los estudios científicos sobre las formas de toser y estornudar han comenzado a tener mayor relevancia. Y es que toser y estornudar están entre los principales vectores de contagio en enfermedades como la que transmite el virus N1H1 y similares.
Usando cámaras ultrarápidas de alta definición, distintos estilos de iluminación y tipos de luces así como computadoras y máscaras de microfibras los científicos han tomado cientos de fotos y videos a gente que estornuda y tose.
La pregunta básica es: ¿cuánta saliva y mucosidad se expele al estornudar y al toser y a dónde va? Y las respuestas son inquietantes: se expulsa mucha saliva y mucosidad llegan bastante más lejos de lo que a simple vista parece. La tos humana promedio llenaría de aire cerca de tres cuartos de una botella de gaseosa de dos litros, pero llega a varios metros de distancia.
El aire de la tos está lleno de miles de gotitas de saliva (unas tres mil gotitas por cada vez que uno tose), gotitas que pueden ir hasta unos 50 kilómetros por hora y contener unos doscientos millones de partículas individuales de un determinado virus (esto depende de qué tan enferma esté la persona contagiada). Las gotitas de la tos, al ser relativamente más grandes, tienden a caer al piso más rápidamente.
Diversas técnicas hacen visible el verdadero alcance de la tos y el esturnudo.
Fuente: LiveScience
El estornudo es bastante peor, produce unas 40 mil gotitas (más pequeñas que las de la tos) de saliva a una velocidad de hasta 200 kilómetros por hora, la mayoría de ellas invisibles al ojo humano.
Las gotitas del estornudo, al ser mucho más pequeñas, pueden mantenerse flotando en una habitación por horas, suspendidas o siguiendo las corrientes de aire. Pero las gotitas que ya están en el piso siguen siendo un problema ya que al abrir una puerta o caminar pueden volver a subir y ponerse a flotar.
Los virus que flotan en las gotitas de la tos y el estornudo pueden vivir horas flotando en el aire e incluso cuando caen sobre una superficie. Sobre papel viven unas horas, pero sobre plástico o acero pueden sobrevivir días.
Por supuesto, no toda persona que entre en contacto con estas gotitas se enferma. Dependerá de cuánto virus haya sobrevivido en las gotas y en qué estado se encuentre su sistema autoinmune.
Información de LiveScience. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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