En uno de sus célebres monólogos televisivos, el comediante Jerry Seinfeld se preguntaba cómo es que siendo la gente bella tan escasa había tal sobrepoblación en el mundo. Su única respuesta: ¡El alcohol!
A la luz de la ciencia, la "tesis de Seinfeld" sobre el origen de la sobrepoblación mundial no parece tan cínica, aunque ciertamente resulta incompleta. Recientemente un grupo de científicos han usado escáners MRI para ver qué efectos tiene el alcohol en el cerebro de un grupo de entusiastas voluntarios.
Y los efectos son más rápidos y probablemente más duraderos de lo que se creía. Tan solo seis minutos después de tomarse tres cervezas el nivel de alcohol en la sangre sube de 0.05 a 0.06 por ciento, afectando nuestra capacidad de manejar.
Al mismo tiempo, el cerebro deja de usar glucosa como fuente de energía para comenzar a usar directamente el azúcar del alcohol. Esto provoca cambios en el metabolismo de las neuronas. En consecuencia, la creatina (sustancia que protege las neuronas) decrece, afectándose las membranas celulares y la química cerebral.
En bebedores ocasionales estos cambios se revierten totalmente (previa resaca), pero en los alcohólicos no ocurre así ya que el cerebro va perdiendo su capacidad de recuperarse, lo que gradualmente los puede llevar a tener daños cerebrales permanentes. Algo como para... No celebrar.
Información de LiveScience. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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