El jefe ruso del control de misiones espaciales dijo hoy que las nubes de fragmentos que dejó el choque entre un satélite ruso y otro estadounidense (ambos de comunicaciones) orbitarán la Tierra por unos diez mil años, poniendo en riesgo a numerosos satélites.
Vladimir Solovyov dijo que el choque fue a una altura de 790 kms, donde hay mucha concentración de satélites de otras naciones.
Según Solovyov, incluso los pedazos más pequeños pondrán en riesgo a las naves espaciales que estén protegidas por aleaciones ligeras.
Científicos de ambos países no tienen una idea clara de cuántos fragmentos pudo provocar la colisión. Unos piensan que centenares. Otros que incluso miles. Pero todos están de acuerdo que se trata de un riesgo para los demás satélites.
El choque fue hace dos días, entre un satélite norteamericano de la red Iridium (560 kgs) y otro ruso (casi una tonelada), llamado Cosmos 2251, inactivo desde hace una década. Hasta el momento las autoridades de ambos países han compartido la culpa del accidente.
Información de AP. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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