El beso trasciende épocas y prejucios. Fuente: Wikipedia
Wendy Hill, decana de la facultad y profesora de neurociencia del Lafayette College de Chicago, llevó a cabo un interesante experimento.
Parejas de jóvenes heterosexuales se besaron durante quince minutos, escuchando música. Antes y después de la experiencia se midieron en saliva y sangre los niveles de dos químicos, el neurotransmisor oxitocina (que está relacionado con la creación de lazos afectivos) y la hormona cortisol (que está relacionada al stress).
Después de los besos, el nivel de cortisol de hombres y mujeres bajó significativamente, lo que indica una baja en el stress en ambos sexos.
Pero la oxitocina dio una sorpresa: en hombres subió significamente, mientras que en las mujeres bajó.
Si Juan Luis Guerra tuviera que ser científicamente correcto, el clásico merengue
debería decir "Me sube la oxitocina". La "bilirrubina" es un pigmento, no un
neurotransmisor. Fuente: Internet
Otros grupos de parejas simplemente se tomaron de las manos. Los resultados fueron similares en las tendencias, pero con mucho menor intensidad.
Helen Fisher, otra de las investigadoras, sostuvo que en la mayoría de las sociedades (el 90 por ciento de los humanos practicamos el beso) el besarse cumple tres funciones: motivar las relaciones sexuales, establecer el amor romántico alrededor de una sola persona y el apego temporal a ella, al menos hasta que la pareja ha tenido y criado un niño.
"Los hombres sienten que el beso es el preludio de la cópula" dice Fisher, quien además señala que el estilo de besar "descuidado" de los hombres favorece el paso de saliva con testosterona a sus parejas, incrementando el deseo sexual femenino.
"Mientras besas una enorme parte de tu cerebro se pone activa" sigue Fisher. "Y si besas a la persona indicada, el amor romántico puede durar mucho tiempo".
Información de AP. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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