Abuso y placer por el dolor ajeno. Foto: internet
Los investigadores compararon a 8 chicos de entre 16 y 18 años con desórdenes de conducta, con otro grupo que no mostraba usualmente signos de agresión.
En los chicos agresivos, las zonas del cerebro relacionadas con sentirse recompensado--la amígdala y el estriado ventral-- se volvieron muy activos cuando observaban a otros a quienes se les infligía dolor, sufriendo.
Artículo original (en inglés) de Reuters y Yahoo News / Traducido por Sophimanía
Exámenes cerebrales en adolescentes con historial de comportamiento agresivo matonesco contra otras personas sugieren que sentirían placer en ver a otros sufrir.
Aunque esto no parezca una novedad para quienes hayan sido víctimas de matonería, no es lo que los científicos esperaban, dijo Benjamin Lahey, de la Universidad de Chicago, quien trabajó en el estudio.
cerebrales durante actos de abuso y matonería. Foto:Reuters
"La razón de nuestra sorpresa es que ha prevalicido siempre la creencia de que estos chicos son frios y no emocionales en su agresión," apunta Lahey cuyo estudio aparece en el Journal Biological Psychology. "Más bien parecería que les importa sobre manera".
"La razón de nuestra sorpresa es que ha prevalicido siempre la creencia de que estos chicos son frios y no emocionales en su agresión," apunta Lahey cuyo estudio aparece en el Journal Biological Psychology. "Más bien parecería que les importa sobre manera".
Los investigadores compararon a 8 chicos de entre 16 y 18 años con desórdenes de conducta, con otro grupo que no mostraba usualmente signos de agresión.
sentirían placer viendo el dolor ajeno. Foto: internet
Los del grupo con antecedentes agresivos, iban desde los que buscan peleas, pasando por robar y hasta usar un arma y confrontar a su víctima.
Los del grupo con antecedentes agresivos, iban desde los que buscan peleas, pasando por robar y hasta usar un arma y confrontar a su víctima.
Se mostraron videos de ambos grupos mientras infligían dolor en alguna persona y se monitoreó su actividad cerebral con un tipo de imagen llamado Imagen de Resonancia Magnética funcional o fMRI.
En los chicos agresivos, las zonas del cerebro relacionadas con sentirse recompensado--la amígdala y el estriado ventral-- se volvieron muy activos cuando observaban a otros a quienes se les infligía dolor, sufriendo.
Mientras que la parte del cerebro vinculada al auto control-- la corteza prefrontal medio y la articulación temporoparietal -- como sí se veía en le grupo de mayor autocontrol.
"Es muy posible que sus cerebros se enciendan de esa manera porque experimentan el dolor de otros como algo excitante, divertido y hasta placentero," dijo Lahey.
de teen bullying, Foto: bbc.co
"Necesitamos hacer más pruebas con esta hipotesis pero parece ser que es así," dijo.
"Necesitamos hacer más pruebas con esta hipotesis pero parece ser que es así," dijo.
Las diferencias entre ambos grupos son claras y contundentes, pero advirtió que el estudio es pequeño y que hace falta confirmarlo con uno más grande.
Artículo original (en inglés) de Reuters y Yahoo News / Traducido por Sophimanía
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