Imagen: Brotherpeacemaker
El senador estadounidense Gaylor Nelson propuso en 1970 que los 22 de abril sean considerados "El día de la Tierra", algo que en su momento apoyaron dos mil universidades, diez mil colegios y cientos de comunidades de ese país. La propuesta tuvo eco, por lo que hoy, cuarenta años después, conmemoramos la fecha en todo el mundo.
Aunque en los años setenta los temas de la contaminación del planeta y el cuidado del medio ambiente no tenían el desarrollo que tienen hoy, Nelson logró persuadir a los políticos estadounidenses para crear la Agencia de Protección Ambiental.
A partir de ese momento esta fecha nos sirve a todos para recordar que nuestra vida depende de la buena salud medioambiental de la Tierra, algo que desgraciadamente se ha venido deteriorando década tras década y que hoy enfrenta el enorme problema del calentamiento global.
La Tierra, nuestra madre, nuestra nave espacial, nuestro pequeño hogar azul en la inmensidad del universo tiene unos cinco mil millones de años, lo que se estima es la mitad de su vida. Nosotros, a pesar de que nos sentimos los más importantes y sus "hijos predilectos" en realidad somos unos recién llegados (un millón de años) y otras especies -como las cucarachas o los helechos- están aquí desde hace cientos de millones.
A pesar de ser los "nuevos en el barrio", nuestra condición de seres inteligentes y autoconcientes nos da la enorme responsabilidad de ser la especie con mayor potencial para destruirla o preservarla. Por eso, fechas como la de hoy, es un excelente ocasión para informarnos y reflexionar sobre qué papel queremos tener, individualmente y como especie, en el futuro de nuestro planeta.
Pablo Vásquez para Sophimanía
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