Foto: EFE
Mientras la cifra de muertos por el terremoto ocurrido anoche en Chile llegaba ya a 214, según cifras dadas por el ministro del interior Edmundo Pérez Yoma, el peruano Adán Saavedra Ríos pedía ayuda al gobierno de Alan García para traer al Perú los restos de su esposa e hija de apenas cinco meses, que fallecieron al caerles encima una pared de su vivienda, en la Estación Central de Santiago.
Hasta el momento la esposa de Saavedra y su bebita son las únicas víctimas peruanas, aunque no se descarta que se descubran más conforme pasen las horas.
Del otro lado del Pacífico, Hawaii afrontaba una alerta de tsunami que, afortunadamente, no pasó a mayores. Si bien técnicamente el maremoto llegó al archipiélago las olas no fueron de gran tamaño, por lo que todo no pasó de ser un susto y de provocar algunos daños menores.
En Chile el tsunami provocó la muerte de tres personas en el archipiélago Juan Fernández, donde otros trece residentes están desaparecidos.
A estas horas el país del sur continúa evaluando las multimillonarias pérdidas sufridas: más de medio millón de viviendas inhabitables, dos millones de personas directamente afectadas y miles de millones perdidos en infraestructura destruida.
El presidente elegido, Sebastián Piñera, ha tenido varias intervenciones públicas señalando que lo más doloroso es la pérdida de vidas humanas, pero asegurando que en su gobierno habrá una completa reconstrucción.
La nota curiosa la puso el monitor Huáscar: a raíz del twitteo de una periodista chilena que decía que el barco ya no estaba visible, se generó una expectativa sobre dónde podía estar. Un posterior reporte de El Comercio señaló la posibilidad de que el monitor esté mar adentro, aunque se espera un reporte oficial.
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Información de EFE, RPP, El Comercio y LaCrónica. Resumen de Sophimanía
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