Charles K. Kao, Willard S. Boyle y George E. Smith. Foto: Reuters
La mayoría de inventos que usamos a diario y cuya existencia damos por descontada y absolutamente imprescindible para nuestra vida, alguna vez apenas fueron el "desvarío" de algún soñador o "inventor loco" del que nos hubiéramos reído o al menos cambiado de acera al verlo venir.
Ese pudo ser el caso de los tres estadounidenses pioneros de internet y de la "sociedad de la información" que este año recibieron el Nobel de física: Charles K. Kao (nacido en Shanghai), ganador de la mitad del premio, logró romper la barrera para transmitir señales de luz a través de 100 km de fibra óptica.
Willard S. Boyle y George E. Smith (ganadores de la otra mitad) que lograron llevar a la práctica las teorías de Einstein y transformar la luz en señales eléctricas reconocibles –y capturables- por los millones de cámaras digitales que a día de hoy operan en el mundo.
Los tres se verán en Estocolmo el 10 de diciembre. Boyle declaró ayer que se había enterado de la noticia antes incluso de tomarse su café de buena mañana, y que la sensación fue tan "maravillosa" que llegó a preguntarse si "aquello era real".
Los inventores no siempre preveen todas las utilidades de sus ideas. Foto: Packphour
Kao estaba convencido de que tenía que ser posible prolongar las posibilidades de transmisión de la luz a través de la fibra óptica, que entonces no pasaban de 20 km hasta que la señal se disipara casi por completo. La impresión más generalizada era que eso se debía a incidentes o torceduras de la fibra. El intuyó que la clave era la materia de la fibra óptica misma –el vidrio-, y entre 1966 y 1970 consiguió producir una fibra de vidrio “ultrapura”, mucho más transparente.
Así rompió la “barrera de la luz” y puso la primera piedra de una comunicación global donde casi todo era posible. The New York Times celebró ayer este premio dando cuenta de que si toda la fibra óptica que hoy en día “cablea” el planeta se desenrollara y se pusiera en fila, la extensión resultante sería de mil millones de kilómetros.
Boyle y Smith empezaron en 1969 a trabajar con la teoría –con la que Einstein ganó el Nobel en 1921- sobre el efecto fotoeléctrico. Einstein teorizó que cuando la luz toca un fragmento de silicio, este emite electrones, más cuánto más brillante es la luz. Boyle y Smith trataron de sacar provecho de esta ley para crear memoria electrónica, y así hicieron posibles, entre otros “milagros”, las cámaras digitales que capturan la luz electrónicamente y no sobre una película.
Además sus hallazgos hicieron posibles las observaciones panorámicas del telescopio espacial Hubble y las imágenes de Marte tomadas por las sondas de la NASA.
Información de abc.es. Resumen y versión de Sophimanía
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