Alan en su salsa: hace unos días criticó las redes sociales, hoy alaba la
vanguardia tecnológica de la TV digital. Foto: Andina
El sistema de TV digital elegido por Perú para las emisiones por aire se llama "japonés - brasileño". Esa inusual mezcla de sobrio y espartano espíritu japonés con el cálido y exuberante estilo de los cariocas está teniendo inusual éxito en Latinoamérica, donde ya ha sido adoptado -además de Perú y Brasil- por Chile y Argentina.
Con la presencia de los ministros de comunicaciones de esos cuatro países y las palabras de Alan García, se dio inicio al foro que busca explicar las ventajas del sistema japonés brasileño.
La verdad es que todo estándar de televisión, ya sea analógico o digital, es un compromiso intermedio entre varios factores disímiles. ¿Qué interesa más, calidad de imagen o cobertura o cantidad de canales o costo de equipos?
Técnicamente todos los sistemas son buenos, cada cual con sus particulares virtudes y limitaciones. El japonés brasileño no es la excepción, más aún si viene con la promesa de poder transmitir señal para que los celulares con sintonizador de TV puedan captar televisión de forma gratuita.
El informe de 90 Segundos. Video: Frecuencia Latina
¿Por qué se ha elegido en el Perú?
Aunque lo políticamente correcto es decir que las autoridades han analizado las alternativas y se ha elegido "la más apropiada para las características de nuestro país", lo cierto es que se trata de una decisión política, detrás de la cual se mueven intereses que poco o nada tienen que ver con la tecnología propiamente dicha.
No hablamos ni de corrupción ni de negociados, sino de consideraciones económicas (tratados de cooperación tecnológica, relaciones bilaterales, tratados de libre comercio, compromisos de préstamos para infraestructura y equipos, geopolítica, economías de escala, etc) que a la larga pesan más que lo estrictamente tecnológico.
El sistema japonés brasileño no parece ni mejor ni peor que los otros estándares de televisión digital que se están adoptando en el mundo. El hecho que ya cuatro países de la región lo hayan adoptado es bueno ya que consolida un "bloque" cuyo mercado en su conjunto asegura -más o menos- una continuidad y desarrollo del sistema.
De todo seguir el cronograma anunciado por el gobierno, el "apagón analógico" ocurrirá en Perú el 2020, es decir el temido momento en que la señal analógica deje de ser emitida.
Pero no hay por qué preocuparse demasiado si uno no tiene los medios para comprarse un televisor nuevo o al menos un decodificador que mantenga en funcionamiento los modelos analógicos.
Analógica o digital, el 2020 o el 2030, la televisión no dejará de promover agendas noticiosas, aspiraciones, sueños y entretenimiento a la mayor parte de la población, sobre todo a las personas de menores recursos.
Nos resulta claro en pleno siglo 21 que ningún gobierno, del tinte que sea, cometería la locura de quitarle la señal a los más pobres, ya que la TV es, precisamente, el mejor y más económico medio de control y coerción social que tienen los poderes político-económicos.
Pablo Vásquez para Sophimanía con información de 90 Segundos
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