Reconstrucción de la pelvis de 1.2 millones de años
descubierta en Etiopía. Fuente: Scott W. Simpson
Pregúntale a cualquier mujer que haya dado a luz de forma natural y ella tendrá mucho qué decir sobre el dolorosísimo "desencuentro" entre el tamaño de la pelvis humana y el tamaño de la cabeza de los bebés.
Cualquier antropólogo te podrá explicar que los dolores inherentes al trabajo de parto son producto de un compromiso evolutivo entre el gran tamaño del cerebro humano con una pelvis que nos permite caminar erguidos.
Los antropólogos piensan que ese compromiso tiene unos 2.4 millones de años de antigüedad, cuando nuestro ancestro Homo habilis comenzó a caminar erguido.
Pero en un artículo que aparecerá en la revista Science, se informará sobre una pelvis de Homo erectus descubierta por la paleotóloga Sileshi Semaw de la Universidad de Indiana que echaría por tierra esa cifra.
La pelvis, de 1.2 millones de años, descubierta en Etiopía el 2001, tiene un canal de parto 30% más grande del que tenemos los humanos actualmente. Es decir, para una Homo erectus, el parto era tan simple como un "paseo por el parque" (o mejor dicho "un paso por la savana").
Esas chicas simplemente se detenían, se agachaban y pujaban. Quizás gritaban, pero ciertamente no de la forma que escuchamos en las salas de parto ahora. Tampoco requerían cesáreas.
En otras palabras, el trabajo de parto doloroso sería mucho más moderno (por lo menos un millón de años más tardío) de lo que se creía.
Información de LiveScience. Edición y traducción de Sophimanía
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