A propósito de Obama: por qué es una tontería hablar de "razas"

Extrapolación computarizada del rostro de Barack Obama
usando vectores étnicos regionales. Fuente: LiveScience

Muchas cosas que muchas personas creyeron durante mucho tiempo han resultado estar totalmente equivocadas. Cosas como que la Tierra es centro del universo, o que el calor y la luz son cosas distintas o que los tomates son vegetales, o que la humanidad está dividida en seis razas distinguibles por el color de la piel.

A pesar de estar equivocadas, esas creencias siguen dando vueltas. Y ahora que un líder como Barack Obama tiene real opotunidad de convertirse en el presidente de la nación más poderosa del mundo, bien vale la pena que la ciencia insista en ponerle el último clavo al ataúd de la taxonomía racial.

La misión de la ciencia es simple: hacer la siguiente pregunta. Cuando un paradigma deja de funcionar a la luz de nueva información, un investigador responsable debe afrontarlo y botarlo a la basura. El esquema de “las razas” siempre fue un paradigma pobren e inútil y todavía hoy es segregacionista y destructivo.

El color de nuestra piel no dice nada sobre cómo nos comportaremos o qué tan buenos seremos o dónde fallaremos física, intelectual o emocionalmente.

Solo por diversión, se han hecho algunas variantes de la imagen de Obama usando un programa desarrollado por la Universidad de St. Andrews. Este programa, que es gratuito y a la disposición del público, compone imágenes nuevas a partir de información básica, usando vectores étnicos regionales. Ha creado millones de variantes del rostro de Obama, algunos bastante interesantes.

Hace apenas 150 mil años todos éramos africanos. Y seguimos siéndolo. La ciencia ha podido comprobar sin lugar a dudas que todos somos homo sapiens, que tiene una sola subespecie viva: homo sapiens sapiens, la que a su vez tiene una sola raza: la humana.

Lo único que impide que un musulmán etíope engendre un hijo con una judío japonesa son las tradiciones, las creencias y la geografía. Pero no la biología. La idea de que hay un gen o grupo de genes para “la raza” no es algo que en la actualidad sea debatible o defendible científicamente.

Es una mala noticia para los racistas de todos los colores y sus ideólogos, pero una buena noticia para el resto de la humanidad. Somos libres de dejar los prejuicios y preconceptos.

Pero el asunto no es simple. La ciencia no puede ser ciega al hecho que hay grupos étnicos donde es posible estudiar fenómenos o características relevantes. Sin embargo se corre el riesgo de ser tildados como “racistas”. Pero es un hecho que hay conexiones entre origen geográfico y ascendencia con el riesgo de contraer algunas enfermedades hereditarias.

Vivimos el amanecer de la “era geonómica”. Recuerden cómo era la astronomía 75 años después de que Galileo descubriera las montañas escondidas de la Luna. Los científicos tienen poderosas herramientas con las que siguen descifrando el genoma. Personas de todo el mundo mandan su saliva por correo para contribuir al mapa genético de la humanidad y para saber qué riesgo tienen de contraer ciertas enfermedades hereditarias. Pero nadie ha podido demostrar científicamente la relación entre comportamientos humanos y genes específicos. ¿Existe el gen de la homosexualidad? ¿Del coraje? ¿De la inteligencia? El debate está abierto.

Lo que se sabe es que la genética nos dará poco a poco grandes y trascendentes respuestas si es que la crisis mundial no termina por enterrar estos esfuerzos.

A propósito, el tomate es una fruta.

Autor: Dave Brody para LiveSiencie.com. Editado y traducido por Sophimanía
Artículo original y completo (en inglés) aquí