Imagen: Engadget
Una débil señal proveniente del iPhone que portaba uno de los ocupantes de la aeronave CASA 212 de la Fuerza Aérea de Chile que se accidentó se transformó un antecedente clave para la búsqueda de las víctimas del siniestro.
"Uno de los pasajeros traía uno de estos equipos. Al caer el mar fue triangulado, y uno de los familiares nos envió la información de esta señal", dijo Francisco García Huidobro, comandante en jefe de la Escuadra, quien está a cargo de las operaciones de búsqueda.
Lo que permitió esto fue una aplicación del iPhone que se popularizó rápidamente desde su lanzamiento en el año 2009. Se llama "Buscar mi iPhone" ("Find my iPhone") y puede ser utilizada tanto en el teléfono iPhone como en el reproductor multimedia iPod Touch y en el iPad.
El programa permite a sus usuarios conocer la localización de sus dispositivos móviles gracias al sistema de geolocalización GPS con el que vienen incorporados. Cuando la aplicación está instalada en el iPhone es posible localizarlo desde otro dispositivo remoto (una computadora, por ejemplo). Ello, mediante el ingreso de los datos del usuario, es decir la cuenta de usuario y contraseña de Apple (es la misma que se usa para ingresar a la App Store).
El sistema muestra un mapa con la localización aproximada del dispositivo perdido. Lo señala con un círculo cuyo radio representa el margen de error.
Según explica Apple, además de ver el mapa de ubicación, se puede hacer que el iPhone perdido muestre un mensaje o emita un sonido, o bloquearlo de forma remota o borrar permanentemente todos sus datos.
El sistema GPS (con el que cuenta la mayoría de smartphones hoy en día) y las cualidades de aplicación “Buscar mi iPhone” fueron las que permitieron a los responsables de la búsqueda de las víctimas de la tragedia aérea en Chile ubicar un punto de referencia en el océano. El origen de la señal fue ubicada en la zona de Bahía Carvajal y este es el antecedente utilizado a partir de hoy en las tareas de búsqueda de restos.
En julio último, esta aplicación también le permitió al paracaidista estadounidense Jarrod McKinney encontrar su celular luego de extraviarlo mientras practicaba su deporte favorito. El aparato se le cayó del bolsillo pero logró encontrarlo en la azotea de un edificio a una distancia de 400 metros de donde aterrizó con su paracaídas. El teléfono resistió a la caída y siguió funcionando.
Información de ElComercio.pe. Resumen de Sophimanía
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