La última etapa: el puente Continental. Foto: Actualidaddelperu
Sólo falta terminar un puente en la selva peruana y quedará lista la ruta Interoceánica, que unirá el Atlántico y el Pacífico, un proyecto hecho realidad que entusiasma a los empresarios -sobre todo en Brasil- pero inquieta a los ambientalistas que advierten sobre su impacto en la Amazonía.
A la salida de Puerto Maldonado, una ciudad selvática de 50 mil habitantes cerca de la triple frontera peruano-boliviano-brasileña, decenas de personas trabajan bajo el sol para terminar la construcción del Puente Continental, de 722 metros, sobre el río Madre de Dios.
Si la lluvia lo permite el puente estará terminado en diciembre, al igual que la pavimentación de los últimos kilómetros de la ruta, y la Interoceánica podrá ser inaugurada tras seis años de trabajo.
Durante ese lapso se pavimentaron mil kilómetros de ruta y se mejoraron otros mil 600 en Perú para terminar esta Interoceánica cuya infraestructura del lado brasileño ya estaba lista desde hace años.
Ahora los brasileños podrán llegar al Pacífico por esta carretera que entra por la Amazonía, sube los Andes (hasta los cuatro mil metros) yluego se divide en tres para llegar a los puertos de Ilo, Matarani y San Juan de Marcona en el Pacífico.
La Interoceánica será “la inyección de riqueza para el sur” de Perú, dijo recientemente el presidente Alan García. “Tenemos para vender todo lo que podamos producir, hasta piedras que tenemos en cantidades enormes para la actividad constructiva en Brasil”, dijo cuando inauguraba uno de los tramos de la ruta.
La Interoceánica “posibilita la conexión al mundo de una parte de la Amazonía en Perú muy aislada, y para el norte de Brasil posibilita una salida para exportar productos a Asia, China, Corea y Japón”, dice en Sao Paulo José Augusto de Castro, director de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil.
Castro considera que las principales empresas brasileñas beneficiadas con la salida al Pacífico son las agrarias, seguidas de las mineras.
Angel Trigoso, vicepresidente de la Región de Madre de Dios, afirma que ya se ha notado un incremento del turismo, el comercio y “ahora hay más demanda de mano de obra”.
Pero ambientalistas y comunidades locales desconfían. “El 70% de la deforestación amazónica se concentra en los 50 kilómetros a lado y lado de las carreteras, especialmente las asfaltadas. Si (la amazónica) Acre en Brasil y las regiones de la Amazonía peruana no eliminan esa relación, repetiremos ese paradigma”, dijo Paulo Moutinho, investigador del brasileño Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia.
En el caso de Madre de Dios el asunto se agrava porque sus ríos están llenos de oro y es territorio abonado para los mineros ilegales, muchos de ellos provenientes de las zonas pobres andinas. Las comunidades nativas y agrarias rechazan la vía porque permitirá la llegada de emigrantes aventureros. De hecho ya se quejan de que a lo largo de la carretera se ven incendios, un sistema andino que utiliza la quema para preparar el terreno para la siembra.
“La carretera está ocasionando graves impactos. Llegada de cientos de migrantes, presión sobre tierras ocupadas por comunidades indígenas, tráfico de tierras, proliferación de asaltos”, dice Vidal Salazar, presidente de la Alianza de Federaciones de Madre de Dios, entidad que agrupa a 35 comunidades indígenas y dos mil agrarias.
“Ya existen enfrentamientos entre las comunidades y los migrantes que buscan apoderarse las tierras cercanas a la carretera para luego venderlas”, dijo Salazar.
Víctor Murrieta, coordinador de la Interoceánica en el Ministerio del Ambiente peruano, reconoce que su construcción “ha propiciado una deforestación provocada por la migración agraria alrededor de la carretera y ha causado temor en los habitantes de las comunidades agrarias y las comunidades nativas”.
Información de Impetu.pe. Resumen de Sophimanía
2 comentarios:
Es todo un experimento socio-economico para una universidad. Aumentara muchas cosas, buenas y malas. mejorara la economia de muchos asi como el flujo del narcotrafico. mejorara el turismo asi como sus problemas (turismo sexual, contrabando, ingreso de enfermedades sin control.
PEM (puerto maldonado)ya recibia migrantes de la sierra (con sus contumbres de montaña inconcientes a ver la selva y respatarla) ahora vendran lo brasileros (que tambien detestan la selvaen general) solo ver brasil a la misma latitud. prado pelado a mabos lados de la carretera.
Vendran muchas cosas buenas en general pero y especificamente para la selva sera lo peor.
Saludos.
pd: No soy pesimista, pero vivi en PEM lo suficiente para saber cuanto podra soportar la selva.
Opino que la gente es depredadora,va a suceder los mismo que en otras carreteras el Perú. Se va a deforestar la selva en harás del supuesto progreso de la gente,que lejos de dejar de reproducirse se dedica a poblar el mundo sin tener como sustentarlos después.
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