lunes, 28 de septiembre de 2009

Los escritores fantasmas: un problema ético, científico y policial


Los fantasmas no existen y no nos pueden hacer daño, pero los escritores
fantasmas sí, y pueden ser mortales. Foto: Soitu.es

Un estudio ha revelado que muchos artículos médicos publicados en revistas especializadas y firmadas por "eminencias", en realidad están hechos por "escritores fantasmas" a sueldo de las farmacéuticas.

Al contrario de los bien conocidos y tolerados escritores fantasmas del mundo literario, los que hacen lo mismo en el campo de la ciencia puede hacer mucho daño.

La cosa funciona así: las farmacéuticas pagan a escritores profesionales con formación científica para que les redacten publi reportarjes de sus nuevos productos. Ninguna revista seria los publicaría ya que son textos sesgados que responden a intereses económicos, no científicos.

¿Cómo salvan ese escollo? buscando un médico de prestigio, dispuesto a firmar el artículo, haciéndolo parecer "objetivo".

¿Por qué un médico de prestigio accedería hacer algo así? Porque los investigadores están "obligados" a publicar en revistas de prestigio para mantener su vigencia, pero muchas veces no tienen el tiempo para escribir. Los laboratorios les ofrecen una "solución", sin ética y sin honor, pero salida al fin.

¿Qué tan popular es esta práctica fraudulenta? Según un estudio hecho por la prestigiosa revista JAMA, de la Asociación Médica Norteamericana, estima que un promedio del 10% de los artículos publicados en revistas médicas no son de quienes los firman, sino de "fantasmas" (el porcentaje varía de acuerdo a la publicación).

Las consecuencias pueden ser fatales. La manipulación o "maquillaje" de resultados en el estudio de fármacos ha terminado en escándalos, dejando miles de enfermos y muertos.

La medicina evoluciona y los tratamientos cambian todo el tiempo. Los médicos precisan mantenerse informados vía congresos, simposios y, por supuesto, revistas médicas. ¿Pero qué pasa si una parte de lo que publican esas revistas, con apariencia de ciencia, es en realidad publicidad?

Todos sabemos que la publicidad busca vender algo exagerando sus virtudes y minimizando (u ocultando) sus defectos, pero una cosa es eso referido a una lavadora y otra a un tratamiento médico que puede ser la diferencia entre la vida y la muerte para decenas o cientos de pacientes.

¿Exageración? Revisemos el caso del fármaco Vioxx, que apareció en varios artículos médicos como un excelente y seguro desinflamatorio. ¿La realidad? Merck tuvo que sacarlo de circulación el 2004 porque multiplicaba por tres el riesgo de infarto al corazón y al cerebro. La investigación judicial determinó que varios "escritores fantasmas" eran los reales autores de varios artículos que alababan el Vioxx, artículos supuestamente "objetivos" y "rigurosos".

¿Cuánta gente murió por las malas prácticas de Merck? No se sabe con seguridad. En EEUU se estima que en los cinco años que estuvo a la venta, entre 88,000 y 139,000 personas sufrieron infartos debido el Vioxx. Entre el 30 y 40% murieron.

Hace pocos meses, en EEUU, un estudio reveló que la firma Wyeth usó escritores fantasmas para publicar artículos sesgados sobre las supuestas bondades de los fármacos Premarin y Prempro, para la terapia hormonal sustitutiva en mujeres con menopausia.

Se minimizaron sus riesgos (entre ellos el cáncer de mama) y se inventaron sus beneficios (que no fueron demostrados) como protección frente a problemas cardiovasculares, demencia senil, envejecimiento de la piel. ¿El resultado? Miles de mujeres enfermas de cáncer y problemas cardiovasculares.

¿Dejarán las farmacéuticas de recurrir a esta práctica delictuosa? Los analistas creen que no, creen que simplemente se harán más "precavidas". Y con un agravante más, muchos creen que: la cifra de que el 10% de los artículos científicos son de escritores fantasmas es demasiado conservadora. Podrían ser muchos más. ¿Qué tanto? El tiempo y nuestra salud lo dirá.

Información de Soitu.es. Versión, edición y resumen de Sophimanía
Artículos originales (en castellano) aquí y aquí

1 comentario:

Ernesto Gianoli Molla dijo...

No sorprende la noticia por el lado de la (inexistente) ética de las empresas farmacéuticas. Si son capaces de experimentar medicamentos con poblaciones africanas, esto es poca cosa. Sí sorprende un poco por el lado de los investigadores. Eso sí, discrepo de la causa probable. Los investigadores de prestigio lo tienen justamente por su amplio registro de publicaciones, una más o una menos no le hace mayor cosa a un CV con más de 100 artículos. Yo creo que la explicación va por el lado de un cheque con muchos ceros.

Ah, y una aclaración sobre el % de escritores fantasmas. Según la fuente, la encuesta preguntaba por si existían personas que habían participado de forma considerable en la elaboración de un artículo como para aparecer como autores (y no figuraban como tales). Dentro de las respuestas positivas seguramente estarán casos de personal técnico o estudiantes en etapas iniciales de su formación que a menudo no son considerados como autores, o estudiantes que abandonaron la ciencia después de colaborar con el estudio. Creo que no se debe hacer una equivalencia entre ese porcentaje y el porcentaje de ocurrencia de la práctica fraudulenta que el artículo divulga.

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Un blog de Claudia Cisneros