amplio de lo que la religión pretende imponer. Imagen: Ginny Hogan
Una "familia perfecta", dicen los medios y la religión, "debe" estar formada por una madre, un padre y al menos dos niños, preferentemente una "parejita". Según algunos antropólogos, ese ideal podría tener unos 4,600 años de antigüedad, al menos así lo sugiere una tumba descubierta hace poco en Alemania, donde había 13 cadáveres, varios de niños.
Los cuerpos de las parejas adultas y de los niños estaban enterrados mirándose, abrazados. Según los estudios de ADN eran familias: padre, madre e hijos. Pero antes de saltar a conclusiones apresuradas, recordemos que en esa tumba también habían nueve cuerpos más, de personas al parecer no estaban emparentadas entre sí.
Si miramos diferentes culturas notaremos que las personas viven en todo tipo de grupos familiares: poligamias, intercambio de parejas, múltiples parejas (tanto en hombres como en mujeres). En algunas culturas sudamericanas los niños tienen varios padres, es decir hombres con los que la madre ha tenido sexo indistintamente durante el embarazo.
En Musuo, China, hay familias donde las que mandan son las mujeres y los hombres pertenecen a ellas y no tienen poder de decisión.
Así que no hay evidencia fuerte de que la familia nuclear sea un invento antigüo. Los antropólogos especulan que las familias originales eran grupos de hermanas y algunos varones "parásitos", donde la actividad más importante era el cuidado comunitario de los niños y no las "relaciones de pareja".
Incluso en occidente la familia nuclear no lo abarca todo. Si bien en Estados Unidos más de dos tercios de niños viven con ambos padres, el nueve por ciento vive con uno solo y más del 25% viven solos.
Pero dentro de ese esquema hay niños que crecen con hermanastros o abuelos que se hacen responsables por ellos.
Los trece cuerpos hallados en el sepulcro de Alemania estaban juntos no por ser necesariamente una sola familia, pero sin duda eran importantes unos para otros, ligados emocional o económicamente.
La historia y la multiculturalidad nos demuestran que la "familia nuclear" cambia siempre, ya sea por el tiempo o por el lugar. Pero si bien las formas de relacionarnos familiarmente cambian, una característica permanece: la naturaleza humana se basa en estar juntos, no importa tanto el parentesco sanguíneo o los roles de padre o hijo.
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Información de LiveScience. Versión, edición y traducción de Sophimanía
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