miércoles, 1 de julio de 2009

¡Felices 30 años, Walkman..!


Un día como hoy, hace tres décadas, Sony revolucionó el mundo de la música ofreciendo por primera vez un "estéreo personal" de alta fidelidad, llamado crípticamente "Walkman".

Antes de eso, la única forma de escuchar música estéreo de alta fidelidad era alrededor de un equipo de audio o -en ese entonces- una "radiola". Los que querían "música andando" debían conformarse con escuchar una radio portátil (generalmente amplitud modulada) a través de un miserable parlantito bueno para nada o de un espantoso audífono.

Pero todo cambió cuando Sony puso en el mercado el Walkman modelo TPS-L2, a 33 mil yenes, un precio alto para la época. Pero fue un éxito instantáneo, al poco tiempo el Wall Street Journal lo bautizaba "uno de los símbolos de estatus más importantes". En las tiendas había listas de espera.

El Walkman innovó en varios frentes: tenía auriculares estéreo de buena calidad, balance y un típico "botón anaranjado" que accionaba un micrófono y le permitía al oyente hablar sin quitarse los audífonos.

El Walkman tuvo un antecesor, el TCM-100, un reproductor portátil de cassettes de alta fidelidad, pero ese era para uso laboral: sonidistas, ingenieros de sonido, reporteros. El TPS-L2, por el contrario, era para las masas.

Al comienzo, Sony tuvo miedo de que la palabra "Walkman" no sea bien recibida por las personas de habla inglesa y lo lanzaron en EEUU y el Reino Unido como "Soundabout", pero no dio resultado. Finalmente la marca "Walkman" se terminó imponiendo y convirtiéndose, además, en casi un genérico de los "estéreos personales".

Por supuesto, Sony continuó explotando su recién descubierta mina de oro con otros modelos más desarrollados, al mismo tiempo que la competencia sacaba los suyos. Todos basados en la reproducción de cintas de cassettes, los que daban máximo dos horas de música, pero en cintas demasiado delicadas. La mejor relación precio - duración - confiabilidad la daban los cassettes de una hora.

Pero eran los tiempos en que el CD comenzaba a ganar popularidad, por lo que en 1984 Sony volvió apostar fuerte sacando el D-50, el primer Walkman CD.

El problema del Walkman CD siempre ha sido la dificultad de leer un disco compacto bajo las condiciones de movimiento y vibración que implicaba la portabilidad, algo que las cintas de cassette habían resuelto bastante bien. Pero en ese momento nada preocupada demasiado a Sony, ya que el Walkman se vendía por cientos de millones de unidades, y era el estandar bajo el cual se juzgaba a la competencia.

El reinado de Sony comenzó a tener problemas recién con la llegada del audio digital, a fines del siglo 20. La dificultad de imponer un nuevo estandar de manejo de archivos que fuera fácil y cubriera todas las expectactivas de los involucrados en el negocio de la música creó una gran confusión en el mercado, que solo comenzó a solucionarse con la llegada de un nuevo líder: el iPod.

A pesar de todo, Sony continúa apostando por el concepto del Walkman con nuevos aparatos y estrategias que si bien todavía no logran destronar al iPod como nueva forma de llevar la música a cuestas, continúan dando fe que Sony sigue en la búsqueda de la innovación y la excelencia tecnológica.

Pablo Vásquez con información de Yahoo y PC World.

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