Doctor Joseph Culver, uno de los desarrolladores de la revolucionaria
técnica. Fuente: Sciencedaily
Es una red de fibra óptica puesta al interior de un casco flexible. Los cables envían luz infrarroja a través del cráneo hacia el cerebro, luz que luego es captada por receptores especiales.
El aparato es capaz de interpretar las variaciones en la luz, determinando la presión arterial y cuánto oxígeno hay en la sangre, lo que es un correlato preciso de la actividad cerebral.
Ya que se trata de luz, esta prueba es inocua (no implica radiación peligrosa ni sonidos desagradables) y no requiere que los bebes sean inmovilizados, como en el caso de la tomografía axial computarizada.
Bebes no sufren riesgos ni molestias durante la prueba. Fuente: sciencedaily
Los científicos usan esta técnica (bautizada como tomografía óptica difusa de alta densidad) para monitorear la actividad cerebral de los bebes durante determinadas tareas.
Así se puede diagnosticar de manera temprana ciertos desórdenes neurológicos.
Información de Sciencedaily. Edición y traducción de Sophimanía
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