No deja de asombrarme que un frío aparato de 20cm x 20cm, con circuitos electrónicos, piecitas con 26 letras independientes que, combinadas, gracias a nuestra capacidad de lenguaje y codificación, nos permita ingresar a las profundidades –y superficialidades también– del conocimiento, la información, la comunicación. Hoy podemos saber, investigar, debatir e interactuar apenas deslizando las yemas de los dedos. Con mi Apple MacBook Pro, me siento conectada al cerebro universal de la humanidad. A los pensamientos, teorías, acciones, definiciones y conceptos del pasado, presente y futuro. Es, también, una extensión de mi memoria, una vía de socialización selectiva, altavoz de mis opiniones, plataforma de lanzamiento de ideas e informaciones que quiero compartir con sensibilidades comunes. La ciencia, la tecnología, la máquina, construidas por el ingenio del hombre y al servicio de su búsqueda de –cada vez más y mayor– humanidad.
Opinión aparecida en la sección "Mi gadget favorito" de Perú 21
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