"Los hindúes son blancos" decretaron las cortes de EEUU en 1910, 1913, 1919 y 1920, en fallos que hoy nos sorprenden, pero que fueron habituales hasta bien entrados los años cincuenta, tiempo en que EEUU era oficialmente racista y donde la condición esencial para ser ciudadano era ser "de raza blanca".
Por eso muchos inmigrantes trataron de defender su "blancura" en las cortes, con diversa suerte. Los hindúes tuvieron "éxito" temporal, al igual que los mexicanos (1897) y los árabes (1944), pero japoneses y filipinos fracasaron estrepitosamente. Pero hacia la mitad del siglo 20 las cortes retrocedieron en sus fallos positivos. "Realmente (hindúes, mexicanos y árabes) no son blancos" volvieron a sentenciar.
El debate sobre la blancura de los chinos resultó paradójico, ya que el fallo fue "son mongoloides". Cosa curiosa ya que China era -precisamente- enemiga de Mongolia, nación que los había invadido varias veces y contra la que tuvieron que luchar por décadas para defender su territorio y su identidad.
Estas cortes estadounidenses, "Tremendas cortes" al estilo de Tres Patines y el Tremendo Juez, también decidieron que los italianos no eran blancos. En 1920, Jim Rollings, un negro de Alabama, fue acusado de cometer delito de miscegenation, es decir tener relaciones sexuales consentidas con una mujer blanca. Pero para su buena suerte fue absuelto una vez que se comprobó que su pareja, Edith Labue, era italiana. ¿Sería Edith en realidad tan negra como Jim? Con estos italianos taimados nunca se podía estar seguro.
¿Estos jueces eran retrasados mentales? Curiosamente no. Eran personas educadas, expresión de una época que ya gozaba de una visión sofisticada y relativamente amplia del mundo. El problema era tratar de definir qué era "raza blanca", ese incierto bien que te podía dar o negar la ciudadanía. De hecho, el problema era más profundo: ¿Qué era "raza"? Un concepto por el que competían teorías antropológicas, religiosas, genéticas, legales y paleontológicas.
Para los ideólogos del sistema migratorio norteamericano de la época, los irlandeses, escandinavos, alemanes, eslavos, polacos, españoles y judíos no eran blancos. Eran "celtas", "eslovacos", "mediterráneos", "ibéricos", "semitas" y así. Estos pobrísimos inmigrantes campesinos europeos no podían ser reconocidos como "blancos" en una sociedad que relacionaba la blancura no solo al color de la piel, también a un asunto de carácter, de capacidad genética de autogobierno, de moral y de inteligencia, condiciones que a su juicio esas "razas cuasi blancas" no cumplían.
Pero eso no fue impedimento para que esas "razas inferiores" poco a poco se integraran económica y culturalmente al mainstream norteamericano. Dejaron atrás la pobreza, el idioma y la comida, la vestimenta y la música. Se volvieron más o menos indistinguibles. Sus características fenotípicas (el cabello rojizo irlandés o el cabello oscuro judío) fueron integradas a la "raza blanca": esa creación legal y política que empezó a ser fabricada durante el periodo colonial inglés-americano, y que, durante la segunda mitad del siglo veinte, fue consolidada en las cortes, en el aparato burocrático (agencias de inmigraciones, censo federal, etc.), en los medios de comunicación y en la imaginación colectiva.
Cuando Kennedy fue elegido en los años sesenta, ya no era un descendiente de "aborígenes irlandeses," era simple y llanamente un hombre blanco. La blancura se había vuelto un concepto claro, amplio, definitivo y fácilmente entendible.
Los jueces, burócratas, "científicos" y la industria cultural norteamericana que estuvieron a cargo de manufacturar la "raza blanca" hicieron un gran trabajo. Y ahora, entrados en el siglo 21, es perfectamente claro para la mayoría de norteamericanos que la raza blanca es una entidad biológica, genéticamente diferente de las otras razas. Ellos creen que la raza blanca siempre existió y se distinguió. Ignoran, por ejemplo, que los romanos y los griegos de la Edad clásica nunca se vieron como "blancos" y nunca vieron a los Africanos como "negros."
La creación de las razas
Pero esto de las "razas" es un mito, una tontería, una ideología endeble y globalizada. En el mundo de habla inglesa tiene sus raíces en la visión religiosa medieval anglosajona llamada "The Chain of Being" (la escala del ser). Es la que dice que dios, en su sabiduría infinita e insondable, creó un orden social y ontológico encabezado por el rey y seguido en escala descendente por el caballero, el mercader y el campesino.
Esta mitología se adaptó a las necesidades del expansionismo inglés, donde el colono era superior al colonizado, el inglés superior al indio y el blanco superior a cualquier otro "color", una idea que años después resultaría inspiradora para las hordas hitlerianas. En ese esquema, la ideología religiosa anglosajona se convirtió en un marco legal colonial para el que era lícito la esclavitud de los negros y el exterminio de los indios.
Luego de la independencia y hasta el siglo 20, el aparato estatal norteamericano convirtió las razas en entidades jurídicas refrendadas por (pseudo) "ciencias" como la eugenesia, la creaneometría (pariente de la frenología inventada por Lombroso) y algunas otras teorías que llevaban las ideas de Darwin y Lamarck al terreno social, algo que encantó a los nazis, que las terminaron aplicando en su país.
Finalmente esta mitología racial fue afianzada y reproducida dentro y fuera de EEUU por los medios masivos en lo que Adorno y Horkheimer llamaron socarronamente "la industria cultural norteamericana."
Las inexistentes razas
Sin embargo, desde el punto de vista de la genética y la biología modernas, la idea de que existen "razas" es absurda. Ahora sabemos que si escogemos al azar a dos personas de dos "grupos raciales," la probabilidad estadística de que ambas sean virtualmente idénticas genéticamente es mucho mayor a la posibilidad de que sean genéticamente distintas. No hay "sub-especies" entre los humanos.
El consenso actual es que surgimos de África hace unos 200 mil años, época de la que datan los primeros esqueletos modernos. Sabemos que de ahí nos expandimos a todo el mundo. Y que las otras subespecies (los neandertales por ejemplo) se extinguieron y dieron paso al homo africanus, el más inteligente y apto, el que pobló la Tierra.
Posteriormente, esta única raza desarrolló gradualmente rasgos fenotípicos (como el color de la piel) en respuesta a los diferentes medioambientes característicos de diferentes latitudes. Pero en ese momento nuestro código genético ya estaba completo. Respecto de él, las "diferencias raciales" son insignificantes. Cuando vemos este y este otro color de piel tenemos la impresión que estamos viendo dos razas, pero en realidad la genética debajo de la piel nos iguala.
El gran mito
En la Europa precolombina muchos navegantes y estudiosos sabían que la Tierra era redonda, pero para el común de las personas era plana. Para ellos la idea de la redondez de la Tierra era ridícula.
Con esto de "las razas" actualmente ocurre algo similar. En el mundo académico se sabe que las razas nunca existieron como entidades biológicas sino como vivificaciones de mitos, de ideologías. Pero a los ciudadanos comunes y corrientes les parece que son una "realidad genética y biológica". La afirmación de que las razas no existen les parece rídicula. Para ellos, la "Tierra racial" sigue siendo perfectamente plana. Me viene a la memoria el papelón que hizo Alan García hace un tiempo cuando alegremente explicó que la "raza andina" era triste mientras que la "raza negra" era alegrona y dicharachera.
Hay pocas cosas más caricaturescas, más penosas, más reveladoras del oscurantismo que todavía acecha al mundo que la idea de que existen razas. Pero más penoso es confirmar lo real de sus consecuencias: prejuicios, segregación, crímenes de odio, violencia, guerras. El mito racial sigue segmentando las bases de nuestra cultura, sigue dándonos "ojos racistas" para ver el mundo.
4 comentarios:
Hindúes se referie a las personas que siguen la tradición religiosa hinduista, y creo que tu estás hablando de los indios, es decir, personas originarias de la India.
Hola Janet, gracias por visitar Sophimanía y darte un tiempo para comentar. Efectivamente, es como tu dices. Aunque se usa "hindúes" el gentilicio es indio. Sin embargo, ya que el artículo habla sobre la situación estadounidense, usar "indio" podría entenderse como "piel roja". Para evitar ese posible malentendido se ha usado "hindú".
Saludos.
al fin un texto lucido y claro sobre el tema! asi mismo deberian enfrentar los siguientes mitos culturales de nuestra sociedad y como se construye el poder de tras de estas estupideces!!
esta permitido usar "HINDU" como gentilicio no es necesari aclarar algo
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