1. No basta decidir cambiar, tampoco decirlo a los amigos. Hay que pensar en una estrategia de cambio que nos diga "cómo" y en "cuánto tiempo" pensamos -de manera simple y realista- conseguir esa meta.
2. Mantén las resoluciones en su mínima expresión, no te exijas demasiado desde el primer día. Tampoco tomes demasiadas resoluciones al mismo tiempo, eso sobrecarga tu cerebro y lo hace todo más difícil y tenso.
3. Implica a otras personas en tu resolución. Por ejemplo, si has decidido ir a un gimnasio, convence a un amigo para que se inscriba contigo, y en el mismo horario.
4. Disfruta de los cambios que está logrando y date alguna recompensa cada vez que logres una meta.
5. Los estudios demuestran que todo cambio, así sea para bien, genera cierto nivel de estrés. Si tu intención de cambiar va más allá de una moda de fin año, tienes que contemplar un plan para manejar el estrés, sobre todo si has decidido dejar de fumar o comer menos.
Información de LiveScience. Edición, versión y traducción de Sophimanía
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