Una vida dedicada al estudio científico, que hoy nos representa ante la
comunidad astronómica del mundo. Imagen: Unmsm.edu.pe
Se llama María Luisa Aguilar Hurtado y tiene 72 años. Y cuando decidió ser astrónoma, allá en su ciudad natal de Jauja, en el Cusco, esa ciencia no existía en el Perú, por lo que tuvo que viajar a estudiar a Argentina, donde se graduó en 1968.
A su regreso a nuestro país como la primera astrónoma peruana, en 1969, estaba embarazada. Pero eso no le impidió seguir trabajando en la ciencia que la apasiona. "Para hacer algo en el Perú hay que ser más terco que la realidad y empecinarse en ello" reconoció anoche, ante un auditorio lleno de profesores.
La ocasión fue recibir la medalla de honor "José Antonio Encinas", con la cual la Derrama Magisterial reconoce el trabajo y la trayectoria de los maestros más destacados del Perú.
Y es que si bien María Luisa Aguilar tiene los ojos y el corazón puestos en la inmensidad del espacio y sus objetos cósmicos, sus pies están bien plantados sobre la tierra y las necesidades de sus estudiantes. "Falta sensibilidad en los políticos y en los grandes doctores que se gradúan en las universidades del extranjero" dijo también, al señalar la casi absoluta falta de promoción y apoyo que sufre la investigación científica en el Perú.
Increíbles imágenes tomadas por el Observatorio Europeo Austral (ESO)
de Chile. Foto: EFE
Una situación que no mejora, sino se hace más grave cada año. A pesar de eso, María Luisa trabajó mucho apoyando la creación de la cátedra de astronomía en San Marcos, universidad en la que trabaja actualmente como catedrática y como directora del Observatorio Astronómico de San Marcos, en el Cusco.
Pero sus intereses van más allá. Aguilar Hurtado se preocupa también porque sus alumnos egresados consigan becas de estudios en observatorios del extranjero, a la vez que impulsa a "Galileo", un programa de preparación en ciencias para profesores escolares. "Vamos a alfabetizar la mente en la ciencia y la tecnología y eso lo podemos hacer mediante telescopios", dijo en una entrevista el año pasado.
"La Unión Astronómica Internacional -continúa su discurso- ha puesto énfasis en la educación primaria como una forma de luchar contra la pobreza y en favor de la paz mundial". Y es que tan importante como tener cátedras avanzadas en las universidades, es motivar a los más pequeños a entender y amar la ciencia, algo a lo que están llamados los profesores escolares.
Otro interés de la primera astrónoma peruana es la "arqueoastronomía", una disciplina que busca entender y reconstruir la astronomía de las culturas ancestrales, entre ellas las de los antiguos peruanos.
Cuando María Luisa se graduaba a fines de los sesenta, el mundo vivía el apogeo de la 'era espacial' gracias a la llegada de los seres humanos a la Luna y a los programas espaciales de Rusia y Estados Unidos. Un impulso que las autoridades del Perú no supieron aprovechar, algo que sí hizo Chile y cuyos frutos cosecha hoy en día al ser la sede de los mejores observatorios astronómicos del mundo.
Ya es un cliché decir que vivimos en un país de contrastes y contradicciones, pero no por eso deja de ser cierto. El Perú, que vive de espaldas a la ciencia, de vez en cuando produce científicos talentosos y apasionados que por puro empeño hacen de la investigación, la difusión y el estudio su bandera, científicos como María Luisa Aguilar Hurtado. Ellos son nuestros héroes anónimos en la guerra contra la superstición y la ignorancia. Es hora de reconocerlos.
Pablo Vásquez para Sophimanía
4 comentarios:
Hola Rigel, desafortunadamente tu perfil de Blogger está en blanco, por lo que tu comentario no se sustenta más que en palabras anónimas. Si tienes alguna denuncia qué refrendar con tu nombre y apellido adelante. Mientras tanto me veo en la obligación de guardar tu comentario. Saludos, Pablo
Si. Así funciona esto. Soy un aficionado a la Astronomía. Si tienes ocasión, pregunta su opinión sobre los aficionados y cómo se aplican sus teorías con ellos.
Hola Rigel, ten la seguridad que revisaré el tema que nos mencionaste. Gracias por seguir visitándonos. Saludos, Pablo
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